martes, 17 de octubre de 2017

EL JUEGO DEL PODER


Mientras Galicia arde en mil fuegos provocados, se alarga más y más la absorbente partida de ajedrez que juegan el Govern de Catalunya y el Gobierno central. Resulta desconsolador comprobar que los incendios arrasan nuestro medio ambiente en medio de una indiferencia poblada de banderas, y que los dos bandos que forcejean por la hegemonía en Cataluña se deciden sistemáticamente por jugadas objetivamente malas, y van deteriorando de forma irremediable sus posibilidades de salir airosos. Uno se lanza a un ataque suicida sin piezas que lo apoyen; el otro niega toda salida política y se encomienda al dictamen de los jueces, que a su vez comprometen su función propia en un estado de derecho al prestarse a ejercer para el gobierno tareas de acoso y derribo que jamás deberían aceptar.
Y arde Galicia.
Y Puigdemont mantiene su apuesta por una declaración sin declaración.
Y Rajoy alarga otra semana el plazo de su ultimátum definitivo, mientras afila el 155.
Y dos activistas de movimientos sociales entran en prisión. Es un triunfo del independentismo, es un triunfo de la constitución, es un triunfo de la fiscalía. Cientos de guardias civiles, mientras tanto, siguen acantonados en Sant Climent Sescebes hasta nueva orden, por lo que pueda pasar.
Lo que pueda pasar en Cataluña, no en Galicia.
Leo un artículo de Mónica Oltra, “Lo que está en juego” (1). Dice Mónica que lo que está en juego no es la independencia de Cataluña, nunca lo ha estado para ninguno de los dos gobiernos ajedrecistas. «Lo que siempre estuvo en juego es acabar con el cambio político que pueda poner en duda sus privilegios. Eso es lo que quieren tapar con las banderas aunque para ello tengan que abrir heridas de pronóstico reservado en la sociedad.»
Mediten sobre la cuestión. No es Catalunya frente a España, son las viejas elites de Catalunya y de España contra el cambio.
Cataluña como cortina de humo. Galicia, ay, como cortina de fuego.