jueves, 19 de junio de 2014

NO PASA NADA SALVO ALGUNA COSA

No invento nada si digo que el fútbol es una metáfora de la vida. Jorge Valdano lo ha dicho antes que yo, quizá con la diferencia de que él afirma que la vida es una metáfora del fútbol. En el fondo es lo mismo, todo depende del valor relativo que demos a los dos conceptos.

Pues bien, la normalidad y la transparencia con la que el pueblo español ha acogido la eliminación de la Roja en el Mundial de fútbol de Brasil ha sido el asombro del mundo. Una vez más, hemos dado prueba acabada de madurez. En el exterior se nos respeta, se sabe de sobra que seguimos ocupando un lugar de privilegio en el concierto de las naciones. La eliminación es lamentable pero no empaña el brillo de una trayectoria, y debe ser considerada como un mal resultado circunstancial, no extrapolable a otras situaciones ni a otros campeonatos.

Por lo demás, la solidez de nuestras instituciones deportivas ha encajado el contratiempo con solvencia. El sistema funciona. Los remedios van a afrontarse con prontitud, por supuesto desde la continuidad y la sensatez. No es momento de aventuras, hay que decirlo muy alto a la intención de los eternos pescadores en aguas revueltas. Conviene, por el contrario, conservar la cabeza fría y recordar el oportuno consejo de la santa del brazo incorrupto: en tiempos de tribulación, no hacer mudanzas.

Por lo demás, hay futuro de sobra por delante, brotes verdes en forma de jóvenes promesas llamadas a darnos muchos días de gloria. El mes próximo o el otro podré darles a este respecto excelentes noticias. Todos juntos, seguiremos avanzando en el objetivo común de la recuperación.

En apretada síntesis. Españoles, no pasa nada, salvo alguna cosa que es lo que cuentan los periódicos.