Dedicado a Javier Aristu, tan
aficionado como yo mismo a la lectura del Quijote
Montado en Rocinante y desde lo alto de una
loma vio Don Quijote la populosa manifestación que se acercaba, amparada en una
gran pancarta en la que aparecían el dibujo de un asno con la bocaza abierta en
actitud de rebuznar, y el siguiente lema: «No
rebuznaron en balde / el uno y el otro alcalde.»Dedujo de aquello el
caballero de la Mancha
que debían venir los manifestantes del pueblo del rebuzno, y comentó con Sancho
que quienes le contaron la historia se habían referido a dos regidores, que no
alcaldes. A lo que Sancho respondió que quienes eran regidores en el momento de
rebuznar, bien pudieron llegar más tarde a alcaldes. Y concluyó, con encomiable
sensatez: «... No hace al caso
a la verdad de la historia ser los rebuznadores alcaldes o regidores, como ellos
una por una hayan rebuznado, porque tan a pique está de rebuznar un alcalde
como un regidor.»
Todo lo cual podría haber sido escrito con
una muy larga previsión de futuro por el impenitente bromista Miguel de
Cervantes. O no, vaya usted a saber. También podría ser que la graciosa
aventura del rebuzno no guardara la menor relación con el hecho de que la
alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, haya esquivado la enésima denegación de un
recurso suyo ante los tribunales de justicia por medio de una nueva propuesta –
que ella afirma haber sido consensuada con el gobierno del PP, cosa que este
último desmiente por el momento – de modificación del polémico plan de El
Cabanyal. Un plan que, formulado por primera vez hace ya quince años, se ha
propuesto arrasar total o parcialmente un barrio protegido como bien de interés
histórico y cultural.
Por su parte la alcaldesa de Madrid, Ana
Botella, condecorará el próximo día de San Juan con la medalla al Mérito Civil
a tres subinspectores y siete números de las fuerzas antidisturbios, por su
“actuación heroica” el pasado 22 de marzo, durante las llamadas marchas por la Dignidad.
En ambas noticias se advierte, a mi
entender, la presencia de un denominador común, perceptible asimismo en otras
actuaciones (englobadas por larga tradición popular bajo la denominación
genérica de “alcaldadas”), tanto de alcaldes como de regidores de distintos
pueblos y ciudades de España. Desde, digamos, el caso emblemático del barrio de
Gamonal, en Burgos, hasta el conflicto – saldado en primera instancia, pero
latente – de Can Vies, en Sants, Barcelona. Todos ellos se asientan en la
convicción profunda de que la ciudad no es propiedad común de los ciudadanos,
faltaría más, sino botín exclusivo, por derecho conquistado de voto, de sus munícipes.
Y de que cualquier acto de oposición ciudadana a todo lo que brota con pujanza
de las partes más nobles de la Autoridad Municipal , merece ser reprimido y
castigado con toda severidad y con Premura (sea quien sea el susodicho sujeto).