domingo, 22 de junio de 2014

NO REBUZNARON EN BALDE

Dedicado a Javier Aristu, tan aficionado como yo mismo a la lectura del Quijote

Montado en Rocinante y desde lo alto de una loma vio Don Quijote la populosa manifestación que se acercaba, amparada en una gran pancarta en la que aparecían el dibujo de un asno con la bocaza abierta en actitud de rebuznar, y el siguiente lema: «No rebuznaron en balde / el uno y el otro alcalde.»Dedujo de aquello el caballero de la Mancha que debían venir los manifestantes del pueblo del rebuzno, y comentó con Sancho que quienes le contaron la historia se habían referido a dos regidores, que no alcaldes. A lo que Sancho respondió que quienes eran regidores en el momento de rebuznar, bien pudieron llegar más tarde a alcaldes. Y concluyó, con encomiable sensatez: «... No hace al caso a la verdad de la historia ser los rebuznadores alcaldes o regidores, como ellos una por una hayan rebuznado, porque tan a pique está de rebuznar un alcalde como un regidor.»

Todo lo cual podría haber sido escrito con una muy larga previsión de futuro por el impenitente bromista Miguel de Cervantes. O no, vaya usted a saber. También podría ser que la graciosa aventura del rebuzno no guardara la menor relación con el hecho de que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, haya esquivado la enésima denegación de un recurso suyo ante los tribunales de justicia por medio de una nueva propuesta – que ella afirma haber sido consensuada con el gobierno del PP, cosa que este último desmiente por el momento – de modificación del polémico plan de El Cabanyal. Un plan que, formulado por primera vez hace ya quince años, se ha propuesto arrasar total o parcialmente un barrio protegido como bien de interés histórico y cultural.

Por su parte la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, condecorará el próximo día de San Juan con la medalla al Mérito Civil a tres subinspectores y siete números de las fuerzas antidisturbios, por su “actuación heroica” el pasado 22 de marzo, durante las llamadas marchas por la Dignidad.

En ambas noticias se advierte, a mi entender, la presencia de un denominador común, perceptible asimismo en otras actuaciones (englobadas por larga tradición popular bajo la denominación genérica de “alcaldadas”), tanto de alcaldes como de regidores de distintos pueblos y ciudades de España. Desde, digamos, el caso emblemático del barrio de Gamonal, en Burgos, hasta el conflicto – saldado en primera instancia, pero latente – de Can Vies, en Sants, Barcelona. Todos ellos se asientan en la convicción profunda de que la ciudad no es propiedad común de los ciudadanos, faltaría más, sino botín exclusivo, por derecho conquistado de voto, de sus munícipes. Y de que cualquier acto de oposición ciudadana a todo lo que brota con pujanza de las partes más nobles de la Autoridad Municipal, merece ser reprimido y castigado con toda severidad y con Premura (sea quien sea el susodicho sujeto).