jueves, 26 de junio de 2014

TRABAJO Y LIBERTAD

Llamo la atención del lector sobre la traducción castellana del libro La sinistra di Bruno Trentin, de Iginio Ariemma, que ha empezado a ofrecernos José Luis López Bulla por entregas, y que una vez concluida podrá consultarse en el blog «The Parapanda Tribune». La iniciativa nos proporciona una ocasión impagable de conocer mejor el pensamiento de Bruno Trentin.

Uno de los hitos de ese pensamiento es la relación que establece Trentin entre trabajo y libertad. El trabajo, hemos de convenir en ello, ha sido víctima de una larga campaña de mala publicidad. La cosa empezó muy pronto, en el principio mismo, es decir en el Génesis, el primer libro de la Biblia. Allí Yavé lanza una maldición al primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva: «Ganarás el pan con el sudor de tu frente.» Dicho así, suena duro. Vale que la frase no ha de ser tomada al pie de la letra, de hecho nadie la toma así; pero esa reprimenda terrible sigue grabada de alguna manera en nuestro subconsciente.

La idea bíblica del trabajo físico como castigo, como maldición, está ligada a una visión del mundo hondamente clasista y conservadora: a la condición servil, a la propiedad privada, a los privilegios sociales de las clases ociosas. Por el contrario, la idea trentiniana del trabajo como realización personal, como proyecto de vida, y en último término como fundamento de la libertad de la persona, vienen de una tradición distinta, también muy lejana: la de la historia social vista como un largo proceso de emancipación, de lucha contra toda explotación del hombre por el hombre.

Es así como el hombre se libera a través del trabajo. Ahora bien, la relación entre los dos conceptos no se resuelve por medio de una ecuación simple, tipo trabajo = libertad. Nos basta la experiencia directa para saber que no es así. La relación se expresa mejor del modo siguiente: si existe (¡y de qué modo!) trabajo sin libertad, no existe, en cambio, libertad sin trabajo.

Me refiero, claro está, a la libertad en una acepción “alta”, como superación de toda dependencia y servidumbre. En la Edad Media se decía, en ese sentido, que el aire de la ciudad hacía libres a los hombres. Porque en la ciudad medieval la prestación del trabajo era libre, mientras que en los trabajos del campo el siervo quedaba sujeto sin remisión (sin redimentia, remensa en Catalunya) a las imposiciones del señor feudal.

Es posible ir incluso más allá de esa relación expuesta entre trabajo y libertad. Iginio Ariemma recuerda en el inicio de su libro sobre Trentin una afirmación sorprendente y rotunda de Primo Levi, en La llave estrella: «Amar el trabajo propio representa la mejor aproximación concreta a la felicidad sobre la tierra, pero esta es una verdad que no conoce mucha gente».

Así pues, el amor al trabajo puede ser un instrumento prácticamente incomparable de felicidad personal. Admitámoslo como hipótesis; tiene razón Levi, en todo caso, cuando añade que “no mucha” gente llega a conocer esa verdad. No mucha o, dicho con más crudeza, muy poca.  Hay una razón para ello, clara y concreta: existe una ley de probabilidades, y en este caso las probabilidades están muy en contra.

Los condicionantes son muchos, las adversidades no pocas. Virginia Woolf reclamaba, para el desarrollo adecuado de un trabajo de creación de las mujeres, «una habitación propia». Es esa «habitación» ausente, la falta de un espacio íntimo de autonomía, de reflexión y de apropiación del resultado de nuestro esfuerzo, del «sudor de nuestra frente», lo que entorpece la autorrealización en el trabajo y por el trabajo. Lo que predomina hasta un extremo abrumador en el mercado es un trabajo heterodirigido, irrazonado, impuesto y mal pagado, un trabajo-mercancía, y mercancía devaluada. Un ejercicio incoherente y privado hasta el tuétano mismo de libertad y de felicidad.

Lo que da pleno sentido a la obra de Trentin es la apuesta por el “otro” trabajo, el trabajo satisfactorio, el que libera. Y el fondo de su pensamiento político y sindical puede resumirse en última instancia como la concreción minuciosa de una praxis capaz de proporcionar y de distribuir más conciencia, más cultura, más libertad y felicidad a todo el universo del trabajo asalariado.

Radio Parapanda.— De hecho las sucesivas “entregas” de la tradución aparecen simultáneamente en Metiendo bulla y en The Parapanda Tribune: http://theparapanda.blogspot.com