Resulta que a fin de cuentas CiU se abstendrá en la votación
acerca de la abdicación regia. La noticia no ha sentado muy bien en las altas
esferas de la casta. El País dedica hoy un editorial a reprochar a la coalición
catalana su actitud poco dúctil en contraste con la amplia comprensión
demostrada en épocas anteriores hacia la delicada fontanería del Estado
opresor. Y Mariano Rajoy ha comentado en tono destemplado (entrecomillo,
atención los lectores distraídos, que esta es buena) que «no es momento para política
pequeña».
Me pregunto qué entiende nuestro presidente de gobierno por
«gran política». Es imposible que se refiera a la actual rutina del “recorta y
pega”, su desvarío no puede haber llegado a ese punto. Cabe deducir que lo que
tiene en la cabeza es una política de pompa y circunstancia, de alharaca y
trompeteo; tal vez se refiere a la política de autobombo, que en su caso
particular y en el de sus adláteres Montoro, Guindos o Cospedal, sí hemos de
reconocer que es grande. Tengo la oscura sospecha de que si un chambelán les
presentara un día la verdadera gran política en una bandeja de plata, nuestros
gobernantes le preguntarían: «Oiga, y esto en concreto ¿qué es, besugo o
cochinillo?»
En este país, no es sólo que la gran política no aparece por
ninguna parte ni se la espera; lo más doloroso es que también nos falta mucha,
muchísima política pequeña. Rafael Ribó, el síndic
de greuges de Cataluña, es decir nuestro ombudsman o defensor del pueblo, lleva algún
tiempo llamando la atención de las autoridades sobre el hecho de que muchos
niños de familias vulnerables asentadas aquí padecen una desnutrición grave,
paliada sólo por el complemento alimentario que reciben en la escuela. Ahora
que expira el curso escolar, la situación toma tintes dramáticos. La Generalitat ha elevado
en 500.000 euros la subvención de los esplais y casales sociales, y estos por
su parte han extendido sus actividades al mes de agosto, pero hay dudas de que
el esfuerzo adicional resulte suficiente, porque para muchas familias que ya
están al límite se acaba por estas fechas el subsidio de paro.
Lo que quiero decir es que este sí es seguramente el momento
para más política pequeña.