sábado, 26 de agosto de 2017

VER SI SE PUEDE


En rueda de prensa posterior al consejo de ministros, el presidente del gobierno Mariano Rajoy ha construido otra pieza maestra de la oratoria que le ha dado justa fama a través de los años. Ha reclamado unidad política de los demócratas frente al terrorismo, cuestión que está en todos los manuales, pero ha llevado la cuestión más allá: es decir, ha elogiado la unidad política (el apoyo al gobierno) “más allá” de la cuestión del terrorismo. Escúchenlo: «La unidad política no es una frase hecha; es lo que encarna los fundamentos de nuestras libertades y nuestros valores.»  
La unidad política en torno al gobierno – que es el que es, “como no podía ser de otra manera”, según esa coletilla tan querida a muchos periodistas cuando discursean en los medios acerca de cuestiones que está clarísimo que “sí” podrían ser perfectamente de otra manera – se convierte así en un dogma, en un acto de fe en el seno de una sociedad rígidamente estructurada en la que no ya la disidencia, sino la mera discrepancia, pasan a ser de forma automática una cuestión de auto de fe. Si el fundamento de nuestras libertades está en la unidad, no es concebible la existencia de libertad en la diversidad. Es esta tal vez la ocasión en la que Mariano ha volado más alto en la expresión oral del pensamiento “único” y angosto que esconde detrás de su amplio frontal patricio.
Por lo demás, ha felicitado a los cuerpos de seguridad y alabado la cohesión y la coordinación de los distintos estamentos policiales, pasando por alto las descohesiones y descoordinaciones muy visibles que se han producido a lo largo del “baño de realidad” en el que se ha sumergido una Cataluña ensimismada a lo largo de las cien horas consecutivas a los atentados yihadistas. En este asunto, Mariano ha dejado constancia de que no se ha enterado de nada; pero no por descuido ni omisión, ojo, sino mediante un ejercicio muy severo y controlado de la voluntad. Y así piensa sin duda seguir (quiero decir, sin enterarse) en adelante, durante todo el tiempo que sea preciso. Me remito de nuevo a sus palabras, en este blog no se inventa nada. Preguntado sobre la posibilidad de acceso directo de los mossos al Europol y al Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), tan necesaria para la coordinación que se predica, respondió Mariano como sigue: «Yo ese asunto dejaría que siguiera por los cauces que está transcurriendo en estos momentos. » Para luego añadir, desde una percepción típicamente marianista de las cosas: «Cuando estamos tomando decisiones en asuntos importantes conviene pensar, darle vueltas, ver cuáles son los argumentos a favor de una u otra cosa y sobre todo ver si se puede también.»
Hay un punto teológico, casi diría que metafísico, en ese “ver si se puede también” referido a esa coordinación de las policías, iniciativa que, emulando la hazaña del Cid, ya ha ganado una batalla, no después de muerta, sino antes de nacer.