‘Goethe en la campiña romana’, obra de Johann Heinrich
Wilhelm Tischbein (fuente, Wikipedia). El escritor alemán fue siempre un modelo de
saber estar en medio del desorden.
«Prefiero la injusticia al desorden», escribió
Goethe. Goethe fue un portavoz inequívoco de la derechona, pero sobre todo un
antiguo. Hoy nadie en la derecha moderna y versátil suscribiría su postulado.
La razón es obvia: ¿por qué elegir entre injusticia y desorden, si puedes tener
las dos cosas?
Me viene la idea a la cabeza cuando veo que la
Conferencia Episcopal Española opta por desobedecer al Papa.
─ Es que el Papa Francisco es un rojo.
─ No me venga con evasivas. ¿Es o no es el
representante de Cristo en la Tierra? ¿Es o no es la roca sobre la que está
edificada la Iglesia, según palabra de Dios?
La patronal de los obispos opta al mismo tiempo
por la injusticia (pedofilia impune) y el desorden (desobediencia al Pastor de
almas bendecido por el Espíritu Santo). Se desprenden así desenfadadamente de las dos razones que justificarían nuestra devoción
a su causa.
De modo parecido, el monarca emérito reclama
inmunidad (siempre la lengua gorda de este hombre le traiciona: quiere decir
impunidad) después de saltarse a la torera la ejemplaridad que en tiempos se
suponía propia del Trono, que, como le sucede al Altar, es una institución cuya
razón de ser última es representar la unidad sin fisuras del rebaño en torno a sus pastores.
Juan Carlos descarta olímpicamente al santo, y se tira a calzón quitado por la
limosna; enlaza así en feliz coyunda la injusticia y el desorden.
Qué decir de Casado, de Teodorico, de Ayuso y
Almeida, de Olona y Espinosa, que están convirtiendo el Templo de la Palabra en
cueva de ladrones y de mentirosos. La próxima semana santa asistirán a los
oficios después de ocupar su asiento de palco en los toros, y recibirán con
aspavientos la comunión de manos de un obispo pedófilo, delante de la prensa de
papel cuché. Es el signo de los tiempos. Si alguno de ustedes decide votarles,
que sea porque le va la marcha. ¡Camarero, otra de injusticia y desorden, un
día es un día!
Pero luego no vengan con reclamaciones. Hay
mucho pijo consentido quejica, en este corral.