Tony Barnes Atkinson
(1944-2017)
En su último libro
publicado en vida (este mismo año se ha editado póstumamente otra obra que dejó
inacabada), Inequality, What Can Be Done?
(2014), el economista Tony Atkinson enumeró una serie de “propuestas más
radicales” (more radical proposals) para
combatir la desigualdad creciente, un fenómeno que había abordado ya en
numerosas ocasiones desde que en 1970 propuso un índice, conocido como Atkinson index, para la medición
adecuada de una desigualdad estructural que atenta contra la justicia
distributiva.
Entre esas quince propuestas
radicales, y después de señalar a modo de provocación que «se habla de la tecnología como si viniese de otro planeta y acabara
apenas de aterrizar en la Tierra», Atkinson incluye la siguiente: «La dirección del cambio tecnológico debería
ser una preocupación explícita de los políticos, y estos deberían estimular la
innovación tendente a aumentar la ocupabilidad de los trabajadores y enfatizar
la dimensión humana en la oferta de servicios.» En su argumentación de la
medida, menciona la insuficiencia, cuando no la falacia, de medidas tales como la
bajada de impuestos, la promoción de la libre competencia, la flexibilización del trabajo o las privatizaciones.
Dejar el territorio
de la innovación en manos de intereses oligopólicos tan poderosos como los que
representan Google, Amazon o Uber, es dejar libre el campo para una tecnología concebida
como el instrumento de dominación más sofisticado e irresistible que haya
conocido el género humano. La tecnología no es neutral en sí misma: debe ser
dirigida políticamente, desde los poderes públicos, los cuerpos intermedios y
la acción colectiva de la ciudadanía.
Los algoritmos deben
ser objeto de negociación (1). Y esa negociación ha de tender a colocar en una sinergia
positiva de un lado la técnica y de otro el empleo, además de utilizar para el empoderamiento
y el desarrollo del “buen” empleo toda la masa de conocimientos acumulados por
el general intellect, es decir la
masa de sabiduría compartida por todos de la que habló ya Carlos Marx, y que
ahora, precisamente por el avance de la tecnología de las comunicaciones, está
al alcance de todos mediante un solo clic en el ordenador o en la tableta.
(1) Ver al respecto
http://vamosapollas.blogspot.com/2019/10/tambien-el-algoritmo-se-negocia.html