martes, 19 de noviembre de 2019

SALVINI Y LAS SARDINAS



Piazza Grande de Módena, abarrotada de “sardinas” bajo la luvia.


«Es la primera vez en Italia que se forma una corriente organizada de jóvenes contra el ascenso de la ultraderecha», informa Daniel Verdú en elpais. Ocurrió en Bolonia, capital universitaria de la Emilia-Romaña y feudo tradicional de la izquierda, donde en la campaña electoral anterior Matteo Salvini, el tóxico líder de la Liga, alardeó de haber hablado ante 100.000 personas, a pesar de que no llegaban a 10.000. Ahora, a la vuelta del mentiroso a la ciudad, en el preámbulo de unas elecciones regionales para el próximo enero, un grupo de jóvenes llamó a concentrarse “como sardinas” en la Plaza Mayor para cantar a voz en cuello el Bella ciao como salutífero cordón sanitario en una época en la que los partidos de izquierda flojean en la cuestión de los principios antifascistas, en buena medida porque andan a la greña entre ellos.

Lo ocurrido se repitió en Módena. Salvini ha dicho que los participantes en el movimiento de las sardinas son “imbéciles”, cosa más fácil de decir que de demostrar. Son jóvenes. Obedecen sus propias consignas. No están encuadrados en las formaciones políticas de la izquierda, que por lo demás, en este caso concreto y dramático, andan muy huérfanos así de consignas como de ideas para detener la acqua alta liguista. Se han movilizado, y apagan con las estrofas de Bella ciao y gritos de “Fermeremo Salvini” (pararemos a Salvini) las imbecilidades que va desgranando micro en mano ante sus secuaces el jerarca del neofascio.

En esas estamos. Que cunda el ejemplo, también en nuestras latitudes. El fascismo solo avanza si la democracia retrocede.