sábado, 26 de julio de 2014

EMPEZAR DE NUEVO

Antes de ensayar un contrapunto polémico a una tribuna de El País sobre el PSOE firmada por Matt Browne, tocaré una cuestión que no puede ser dejada en silencio: la de Jordi Pujol y su herencia ocultada. Seré muy breve. El destape de esta pequeña indecencia no varía ni en un centímetro mi opinión sobre el ex líder catalán. No era demasiado buena antes, no es peor ahora. No me he caído de pronto de un guindo y sé que en política existe siempre una cierta correlación entre virtudes públicas y vicios privados. Igual que el satirismo de John F. o la afición a la boca de las becarias que caracterizó a Bill no perturba mi consideración global de sus figuras de estadistas, tampoco este asunto pasa en mi opinión de ser una anécdota morbosa. Lo preocupante de verdad no es la revelación de las miserias privadas de los hombres públicos, sino la ocultación interesada de sus vicios públicos. En el caso de Jordi, y en el de otros.

Paso a referirme, con mucha brevedad, al artículo de Matt Browne en El País. Es un ejemplo de manual de análisis sesgado, de omisión interesada de datos del problema, de loor publicitario de un producto dudoso. Su título es El reto de la renovación, y empieza así: «La elección de Pedro Sánchez como nuevo secretario general del PSOE, este fin de semana, representa para el partido la posibilidad de empezar de nuevo.» Borrón y cuenta nueva, entonces. Lo pasado, pasado. Para bien o para mal. Admitámoslo, aunque quizás el examen de errores pasados podría clarificar las premisas necesarias para volver a empezar (Begin the Beguine, que dijo Cole Porter.)

Browne señala a continuación en su tribuna que el PSOE, en esta coyuntura crítica, tiene ante sí el reto de reinventarse a sí mismo y de reinventar su política. O consigue hacerlo de la mano de Pedro Sánchez – él lo conoce personalmente y siente una gran confianza en su capacidad –, o su futuro será problemático. El artículo aporta razones y argumentos: son de una levedad tan etérea, que en Cataluña diríamos que fa volar coloms, hace volar palomas. Están sostenidos además por una lógica retorcida y alambicada, y por una visión provista de unas orejeras inmensas para no ver lo que hay a derecha e izquierda, arriba y abajo del foco de interés en el que pretende centrarse. Ese esfuerzo titánico por ver sólo lo que se desea ver, erosiona en buena medida la credibilidad del artículo. Todo se basa en impresiones subjetivas y apenas se aportan datos contrastados, y eso sin citar las fuentes. Y mira que se trata de datos extraños. Transcribo un ejemplo para que nadie alegue que tengo manías y veo cosas donde no las hay: «Los estudios internacionales indican una preocupación cada vez más extendida entre los jóvenes españoles —en especial los que carecen de oportunidades económicas— sobre la falta de meritocracia en el país y el empeño de la vieja guardia en aferrarse a una estructura de poder estrecha e incestuosa.» ¿Qué estudios, cuántos estudios, hechos por quién? ¿De verdad la preocupación extendida de esos jóvenes españoles “que carecen de oportunidades económicas” (admirable la perífrasis paliativa) se centra en la “falta de meritocracia” y en cualquier “empeño”, del tipo que sea, de la “vieja guardia”?

Hace mucho tiempo que la publicidad basada en estudios científicos no precisados, indetectables y por tanto irrebatibles, ha sido calificada de basura. Matt Browne es, según se señala al pie del artículo en cuestión, «investigador titular del Center of American Progress». Mis condolencias al Center of American Progress.