martes, 29 de julio de 2014

PATRIOTISMO Y PATRIMONIO

No voy a comentar el discurso de Pedro Sánchez en la clausura del Congreso extraordinario del PSOE. Por varias razones, pero voy a dar nada más una: en mi opinión, el discurso se comenta solo. Sí quiero, sin embargo, expresar mi sorpresa por su referencia a Jordi Pujol con el argumento de que algunos confunden el patriotismo con el patrimonio.

Sorpresa en primer lugar porque la acusación es notoriamente injusta: Pujol localizó su patriotismo en Catalunya, y su patrimonio en Andorra. Bien separados. Ninguna confusión, por tanto, sino el mismo comprtamiento previsor del tero, pájaro andino que, según nos cuenta el gaucho Martín Fierro "en un lao pega los gritos / y en otro pone los güevos".  

Sorpresa en segundo lugar por venir la acusación de quien viene, el máximo responsable recién investido de un partido que acaba de llevar a cabo, en comandita con el gobierno, una discutible operación de rescate del private Borbón para evitar que tenga que responder ante los tribunales ordinarios por cuestiones relacionadas con su patrimonio y/o patriotismo. Quizás va demasiado lejos Pedro Sánchez en su intento de hacer borrón y cuenta nueva en la política de su partido. La gente no puede ser tan desmemoriada.

¿O es que debemos distinguir entre un patriotismo bueno y uno malo, y entre la manga ancha conveniente para un patrimonio, y la estrecha para otro? Sería conveniente matizar esos entresijos, no todo puede resolverse con el recurso a la brocha gorda.

En cualquier caso, no veo peligro de confusión en la ciudadanía entre patriotismo y patrimonio. Yo diría que la gente percibe con claridad que tenemos demasiado de lo uno y demasiado poco de lo otro. Para zanjar definitivamente la cuestión, brindo a Sánchez la idea de convocar tres referéndums. Legales, claro está. El primero sería la demonizada consulta sobre la independencia de Catalunya, y mi impresión es que ganaría el No. Goleada no habría en el resultado, pero sí cierta holgura. La razón de tal resultado sería que se ha comenzado a percibir el coste global del complejo proceso patriótico para el bolsillo (sería exagerado hablar aquí de patrimonio) de los catalanes de a pie enjuto. De tener todos cuentas ocultas en Andorra, sin duda la idea sería más plausible.

El segundo referéndum sería el de la monarquía. En mi humilde opinión, el No ganaría por goleada. Y el tercero consistiría en preguntar al pueblo soberano si prefiere tener una patria o un patrimonio. En este caso pongo la mano en el fuego por el resultado. Tendríamos un resultado a la búlgara a favor del patrimonio.