El diputado electo
por las filas del Partido Popular don Pedro Gómez de la
Serna paseó una media sonrisa ambigua por el hemiciclo en el día de la
inauguración de la nueva legislatura, y tomó asiento en un lugar discreto de la
bancada del PP, en la última fila, antes de tramitar su baja en el grupo que le
ha permitido forrarse con comisiones ilegales y ahora le ha brindado inmunidad
parlamentaria para sortear las consecuencias de sus delitos continuados y
probados.
Vivimos en un Estado
de derecho.
El juez de Alcalá
de Henares ha archivado la causa contra el obispo Juan
Antonio Reig Pla, por considerar que ejerció legítimamente la libertad
de expresión cuando comparó las manifestaciones feministas contra la ley del
aborto luego retirada por el propio PP, con los trenes que conducían a los
campos de exterminio a las víctimas del Holocausto. Simultáneamente los jueces Espejel y López, los
mismos que fueron apartados del proceso a la trama Gürtel por las irregularidades
financieras del PP, dada su afinidad manifiesta con los acusados, pugnan ahora
por sentar en el banquillo al concejal madrileño Guillermo
Zapata bajo la acusación de menosprecio a las víctimas del terrorismo en
comentarios hechos en las redes sociales.
La norma principal que
rige nuestro Estado de derecho es la ley del embudo.
El rey Felipe VI ha preferido darse por enterado por escrito
de la investidura del nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya, para no
recibir a la presidenta del Parlamento autonómico, la independentista Carme Forcadell. Desde el otro lado del conflicto
institucional, el molt honorable Carles Puigdemont omitió en el ritual de la
investidura el juramento preceptivo a la Constitución.
La fuente jurídica
imperante en la normativa vigente sobre las relaciones institucionales en
nuestro Estado de derecho habrá de buscarse principalmente en el forro de los
pantalones y/o enaguas de sus titulares.
El árbitro de
fútbol señor David Fernández Borbalán no apreció
incidencia alguna reseñable en las gradas del estadio Power8 de Cornellà-El
Prat, en el partido de este miércoles entre el RCD Español y el FC Barcelona.
En las gradas en cuestión se exhibieron grandes pancartas insultantes para
familiares de un jugador del Barcelona, y otras abiertamente incitadoras a la
violencia (“Pau, tu pie nos señala el camino”, referido al portero españolista
que dio un pisotón intencionado a un delantero rival, en el encuentro de ida de
la misma eliminatoria copera). El FC Barcelona ha sido multado recientemente por
la FIFA por la exhibición en estadios deportivos de banderas “estelades”, lo
que se considera incompatible con el “respect”
exigible en una competición deportiva. Además, el Comité de Competición ha sancionado
la semana pasada a un jugador del Barcelona con dos partidos de suspensión, por
haber calificado de “desechos” a los jugadores españolistas en el túnel de
vestuarios del Camp Nou.
Resumen de urgencia
de la salud de nuestro Estado de derecho: a) ley del embudo como norma básica +
b) forro de los pantalones como criterio orientativo + c) cuanto peor, mejor, como
guía práctica en situaciones que reclamen una cierta sensibilidad hacia
posiciones confrontadas.
Feliz año 2016 a
todas y a todos.