Ayer domingo, Pedro
Sánchez presentó en Barcelona a su equipo de gobierno para después de las
elecciones. Quizás no era el mejor día; coincidía con la celebración del GP de
Fórmula 1 en Montmeló, con la resaca del macroconcierto del Boss Springsteen la
noche anterior, con la rúa del Barça como flamante campeón de la Liga de fútbol,
y con otros eventos aún, de un orden más global, tales como el Festival de
Eurovisión y la finalísima europea del baloncesto.
Obviémoslo, y obviemos
también la calidad intrínseca indudable de todos o cuando menos muchos de los ministros
en la sombra presentados en público. El acto en sí es un disparate político. Ayer
mismo también se celebraba otra cosa, el quinto aniversario de la protesta
pública masiva conocida como 15-M. No estoy hablando de Podemos, sino de los
Indignados. Un movimiento de base, una “marea”, que fue olvidado o desdeñado por
completo por los comparecientes en el acto.
Quien ejerce el
oficio de político tiene, sin embargo, cierta obligación de contrastar
sensibilidades, y de percibir cómo va a ser interpretado por su clientela fiel,
y más allá de esta por la potencial, un determinado acto desarrollado en un
contexto real, con independencia de que en las condiciones de laboratorio haya
sido evaluado como positivo.
Presentar en
público un equipo de gobierno que nunca va a gobernar como tal equipo por la
ausencia clamorosa de las condiciones que serían necesarias para que ello fuera
posible, es un acto de solipsismo. El solipsismo, como se sabe, es la actitud
del sujeto consistente en suponerse como existente únicamente a sí mismo (solus ipse), y en prescindir por
consiguiente de toda la realidad restante que bulle en torno.
Un primer ejercicio
mental necesario para proceder a un acto como el de ayer, es dar por sentado
que sigue vigente el bipartidismo. No ha existido la fragmentación del
electorado constatada el pasado diciembre; no harán falta pactos, programas
conjuntos ni concesiones para llevar a cabo la tarea de gobierno que se avizora;
solo es preciso vencer al PP desde el proyecto socialista en solitario. Nunca
se ha producido la convergencia con C’s a partir de unas medidas asumidas
conjuntamente y que se deseaba extender a otras opciones políticas, a la
derecha y a la izquierda. Todo está olvidado, aunque solo para el sujeto
convocante, puesto que el electorado tiene buena memoria y no se mama el dedo.
Un segundo
ejercicio mental parte de la suposición de que no existe el “abajo” (por no
hablar de la izquierda), que no existió el 15-M, y que el desiderátum de una
ciudadanía dócil y civilizada es un gobierno decente, competente, paritario y
socialista. Un corolario de esta suposición planteado con mucha claridad en el
acto de Sánchez es que la gestión honesta de lo existente, y no el cambio en un
sentido de la palabra situado bastante más allá de la cosmética, es todo el
horizonte abarcado por el imaginario colectivo de esta sociedad. Las medidas
económicas de Jordi Sevilla, por poner un ejemplo; el alineamiento inequívoco
con la Comisión Europea y sus imposiciones. Etcétera.
Este segundo
ejercicio excede ya con claridad los límites del realismo. Basta para percibir
la necesidad de corregirlo con echar una ojeada a los últimos sondeos de
opinión.
Y el tercer
ejercicio mental, el más difícil de todos, es el autoconvencimiento de que tal
propuesta política surge de una fuerza tranquila, unida, asentada con solidez
sobre sus principios centenarios, y exenta de contradicciones y conflictos internos.
Un PSOE bienaventurado, situado más allá de avatares y de polémicas
contingentes, en cuyo poso de experiencias se asienta la verdad última de la
acción política. Un PSOE, en suma, que no necesita “convencer” a un electorado
esquivo y cuyos apoyos electorales no registran una peligrosa parábola
descendente, sino del que más bien se espera que tenga a bien verter un bálsamo
benéfico sobre las crismas receptivas de una ciudadanía ya convencida de
antemano.
Sobre esas tres
premisas parece que va a jugarse el PSOE sus expectativas electorales. De aquí a
mes y pico, todos podremos ver el resultado.