La prensa diaria
viene repleta de malas vibraciones y nubarrones sombríos: cabe la posibilidad
de que a fin de cuentas Trump gane las elecciones presidenciales en Estados
Unidos, gracias al generoso empujón de última hora que le ha propinado el FBI;
la gestión de Zidane en el banquillo del Real Madrid inspira serias dudas
después de que el equipo haya sido trigoleado en Varsovia; Rajoy, ya felizmente
investido con derroche de biblia y crucifijo, está ahora sumido en cavilaciones
por la obligación de equilibrar el poder respectivo de las dos formaciones
enfrentadas por el poder en el cuartel general de Génova, a saber, los “sorayos”
y el “G-8”; y lo último, pero no menos importante, Bisbal podría haberle hecho
la “cobra” a Chenoa mientras bailaban juntos en el concierto de reencuentro de
OT.
No quiero ser
alarmista, pero en el peor escenario a corto plazo podríamos encontrarnos con la
Casa Blanca invadida de nuevo por una legión de becarias sexualmente sumisas y de “mamachichos”;
a José Mourinho, de nuevo al frente de los destinos de la otra Casa Blanca,
reclamando plenos poderes; a Rafael Hernando, de nuevo en la portavocía del gobierno,
con su característico e inimitable “toque de fusta” a la chusma opositora; y a
Chenoa, de nuevo bañada en lágrimas. Un retroceso de entre cinco y quince años
en todos los parámetros por los que calculamos nuestro bienestar interior. Ante
esta perspectiva sombría, la Bolsa está bajando sensiblemente, lo que quiere
decir que además tendremos a los directivos del Ibex de mal humor, y quién sabe
lo que se les puede ocurrir en un mal momento de “vague à l’âme et de mélancolie”.
Luego está el caso
del joven senador de Podemos que especuló hace diez años con una vivienda
protegida y se lucró con 19.000 euros extra. No se sabe muy bien por qué, pero
el caso ha saltado de pronto a los titulares de prensa, a las tertulias
radiofónicas y a las redes sociales. Los comentarios dan para todos los gustos:
unos opinan que se debe aplicar al muchacho el rasero utilizado con la ex mujer
de César, y otros manifiestan sus preferencias por el rasero correspondiente al
ex marido de Ana Mato.
Detrás de las
bambalinas de este escenario problemático, mientras tanto, prosiguen los
episodios de apaciguamiento interno en el seno del PSOE, con el relevo de
Susana Sumelzo como portavoz de los diputados aragoneses, y en el seno de
Podemos, con el caluroso desmentido por parte de todos los implicados de tensiones
latentes entre pablistas e iñiguistas ante las inminentes primarias de la
formación.
No estaría tal vez
de más, mis queridos/as lectores/as, que os acordarais ahora que estamos a
tiempo de la bendita Santa Bárbara y, a pesar de que aún no truena, fuerais sacando
del fondo del armario los chubasqueros y las botas de agua. Las prisas de
última hora son malas consejeras.