A través de un
artículo de Cristina Narbona en “bez” (“No es economía, es ideología”), me
llega la información de la publicación en español del último libro de Anne
Pettifor. Se llama La producción del
dinero: cómo acabar con el poder de los bancos (Sin Fronteras, Barcelona
2017). Una mínima objeción: era mejor el título original, más claro y rotundo,
con menos sugerencias de título de autoayuda: Just Money. How Society Can Break the Despotic Power of the Finance (2014).
Pettifor merece
respeto desde que en 2006 lanzó su título más conocido, La próxima crisis de deuda del Primer Mundo. El pleno de los
economistas del establishment financiero
empezó a desmentir a coro sus argumentos considerándolos apocalípticos, pero no
pudo llegar muy lejos por ese camino: la crisis llegó, en efecto, al año
siguiente. El resto es historia.
Anne Pettifor es
profesora de Macroeconomía en la London City University, asesora del líder
laborista británico Jeremy Corbyn, y miembro de la Fundación New Economics.
Se opone a las políticas de austeridad, rechaza la jibarización del Estado
llevada a cabo por el pensamiento neoliberal en favor de la gobernanza autorregulada
por los mercados financieros (que incrementa de forma exponencial las
desigualdades), está convencida de las bondades de la lucha hoy por el pleno
empleo y por el buen empleo, y su receta para acabar con el poder de los bancos
consiste en la utilización de las palancas del Estado de derecho y de la movilización
de una sociedad bien informada en contra de los abusos catastróficos promovidos
por el dinero. Recuerda, en este sentido, la forma tajante como defendió Keynes
la subordinación de las finanzas a los intereses colectivos de la sociedad; y
cómo las últimas versiones de la socialdemocracia, a partir de las “terceras
vías”, han ido abandonando esa exigencia hasta dejar de reconocerse a sí mismas
y al ideal social que predican.
Frente a quienes
consideran la robotización y la digitalización como elementos destructores
netos de empleo, señala Pettifor otros nichos de actividad intensivos en mano
de obra que aparecen cada vez con mayor presencia y urgencia en el mundo
contemporáneo: las políticas públicas para hacer frente a los desafíos del
cambio climático, y el envejecimiento progresivo de la población, con los
cambios de orientación y de prioridades que comportan en las políticas
sociales.
La información es
un arma. He aquí, por tanto, un buen título y una excelente autora para
contribuir al rearme tan necesario de la izquierda plural en nuestro país.