Los diarios la
llaman “semana trágica” para el PP, pero exageran. No es para tanto, caramba.
Fíjense en Esperanza y las ranas, vaya imagen chusca para los aficionados a los
memes. La mujer que amonestaba a Manuela Carmena con el apotegma de que para ir
a la política se debe salir de casa llorada, no ha podido contener algunas lagrimitas
(¿de despecho? ¿de nostalgia por cualquiera tiempo pasado?) dedicadas a su
alférez de complemento, caballero cadete Ignacio González, que a su vez ha reaccionado
a la prisión incondicional dictada por el juez con imprecaciones entre dientes contra
Cristina Cifuentes (“esa gilipollas no esconde nada”). Cristina, por su parte, ha
dado en la flor de “hacerse la rubia” como fórmula ideal para esquivar
complicaciones de alto voltaje.
Visto en conjunto, tiene
todo un aire de guión de una clásica película de enredo de Pedro Almodóvar: “Qué hace una chica como tú al borde de un
ataque de nervios como este”. Por ejemplo.
Para semanas
trágicas, aviso, las que se avecinan. La postura del PP en relación con la corrupción
parece bastante perfilada hasta el momento. Rafa Hernando, el portavoz, ha
podido hablar más alto, pero no más claro: «Me preocupa Venezuela.» La frase,
sin quererlo él, se asemeja mucho en estructura y eufonía a esta otra: «Viva
Cartagena.» Incluso riman. En asonante.
El jefe del
gobierno, Mariano Rajoy, ha reaccionado a las malas noticias sobre
su tropa saludando la actual bonanza económica. “Sí – debe pensar –, hay algunas
víctimas de la coyuntura, es fatal que suceda así, pero no debemos entretenernos
en guardar los lutos a la antigua, sino seguir adelante con mayor ahínco,
trabajando por un futuro esplendoroso que tal vez llegue a depararme la
plusmarca europea en la especialidad de resistencia en poltrona. Los muertos al hoyo y los vivos
al bollo.”
Mientras, el PSOE
sigue su fatigosa campaña hacia unas primarias en las que no tiene nada que ganar,
y sí todo que perder. Y Podemos ha aparcado la política para subirse en un
tramabús. Y Ciudadanos saca pecho porque cuanto mayores las cuitas del PP,
tanto mejores las perspectivas electorales para su marca blanca o su cara B. Mors tua vita mea.
Y no se olviden de Carles
Puigdemont llamando a somatén a la sociedad civil catalana, como una estructura
más de estado (1). El temporal no amaina. Son tiempos de desolación en los que,
siguiendo la fórmula ignaciana, todos cierran filas y nadie encuentra oportuno
hacer mudanza.
Tal como están las
cosas, se perfilan para el gobierno y para la clase política más semanas
trágicas, y peores que la presente. Un síntoma: a quienes apostaron en su día
todo su capital por la judicialización de la política, han empezado a estallarles
en las manos las juntas de fiscales.
(1) Ver en relación
con este curioso lapsus – si no es otra cosa – del president catalán, el siguiente certero apunte: http://lopezbulla.blogspot.com.es/2017/04/la-version-totalizante-de-puigdemont.html