sábado, 27 de julio de 2019

EL PROGRESO ESTÁ A LA IZQUIERDA


Será difícil olvidar el bochorno del cruce de descalificaciones públicas entre los dos líderes de la izquierda asentada del país, y el papel de amigables descomponedores jugado por Calvo, Echenique y Lastra.

Será difícil, pero se olvidará si procede. Hay una cuestión de fondo mucho más importante que los desplantes y las salidas de tono de nuestros tenores de bravura, en el curso de una función dada en beneficio exclusivo de la triple derecha.

Esa cuestión de fondo fue adelantada en su momento por dos artículos “de opinión” ejemplares, publicados ambos en Nueva Tribuna. Ramón Górriz titulaba: «España necesita ya un gobierno de izquierdas y progresista.» Manel García Biel redundaba pocos días después en la idea, con mayor concisión pero no con menor energía: «Hace falta un gobierno de progreso.»

He marcado con comillas que se trataba de artículos de opinión, porque los dos, más allá del punto de vista puramente personal, sustentaban sus análisis en el humus colectivo de una visión de las cosas de la política desde el prisma de las necesidades perentorias del trabajo asalariado y de una acción sindical amplia, decidida y erga omnes. En la misma NT se puede leer un rimero de artículos de opinión de índole más particular, que expresan la exasperación que sienten en estos momentos muchas personas que se sienten atropelladas en el desbarajuste. Cito algunos títulos significativos: “Gracias por entregar el poder a los ultras”, “¡Que lo expliquen!”, “El sorpasso imaginario. Así no”, “La izquierda imposible”, o, el más gráfico, “Iros a hacer puñetas”.

La Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO ha querido expresar también su posición ante la situación creada, y las vías que entiende factibles para remediarla (1).

Es necesario, en efecto, un gobierno de izquierdas, progresista y coherente, con base en un programa o mejor aún, como señala Javier Doz en otro artículo rememorando a Julio Anguita, en un “programa, programa, programa”. Lo pide España, lo reclama Europa, lo exige la recuperación siquiera parcial de los efectos de tantas desigualdades y tantos desequilibrios globales.

Un gobierno sólido, un programa coherente, unos objetivos realistas y compartidos. Lo justo. Lo imprescindible para avanzar tozudamente en un entorno cenagoso.

Nada que ver con surfear las crisis utilizando medidas de quita y pon, ni con ejercer de salvapatrias de turno con utillaje de guardarropía. Esto es bastante más serio que el recital desafinado que han dado nuestros dos tenores, por no hablar del coro acompañante.

(1) Antonio Baylos ha reproducido en su blog el comunicado confederal de CCOO. Ver https://baylos.blogspot.com/2019/07/la-voz-de-los-trabajadores-organizados.html