martes, 30 de julio de 2019

OPA HOSTIL


Sánchez pensó que todo estaba ya hecho a partir de los resultados de abril. Lo que faltaba era relativamente fácil, pero omitió hacerlo. Es más, omitió hacerlo deliberadamente, con ostentación, mirando al tendido, dando no solo por bueno sino por inmejorable el funambulismo de los ocho meses de gobierno anteriores. Como si pasearse por la cuerda floja fuera el desiderátum de la política.

Ha tenido premio en las encuestas: crece en expectativa de voto. Me temo que el dato fortifique en sus convicciones a su asesor áulico Iván Redondo, y volvamos a asistir a la misma función en septiembre. Algunos políticos creen que entre campaña y campaña electoral no pasa nada ni nada se deteriora; son simplemente tiempos muertos que únicamente es posible amenizar por medio de broncas parlamentarias repetidas, susceptibles de generar bonitos titulares de prensa.

Un ejemplo destacado de esa modalidad asilvestrada de la política es Pablo Casado, que acaba de designar a Cayetana Álvarez y a Javier Maroto portavoces de los grupos parlamentarios de su formación en el Congreso y el Senado. En tanto llega la próxima campaña (no tardará mucho, según los indicios), Casado y sus acólitos se esforzarán en llevar al paroxismo el arte de la provocación.

A Pedro Sánchez, sin embargo, no le importa ser provocado, incluso a varias bandas. Es justamente a lo que está acostumbrado como consecuencia de una larga y complicada trayectoria política.

Unidas Podemos pondrá, cómo no, su granito de arena en una situación de impase que a muchos nos parece fatigosa y baldía, pero que a ellos les encanta. Pablo Iglesias ha insistido, a pesar de todos los pesares, en su conocida propuesta de gobierno de coalición sin programa, y con diversas áreas de influencia repartidas de forma asimétrica entre las partes contratantes. Bicefalia institucional, o el arte de ponerse recíprocamente las zancadillas ocupando el mismo banco azul.

Iglesias no desea un acuerdo, sino un desacuerdo de gobierno; está planteando una opa hostil a los socialistas.