jueves, 25 de julio de 2019

QUÉ PENA, JUANTXO


Escribo sin saber qué ocurrirá en el Congreso de aquí a pocas horas. Puede que haya investidura, puede que no. La diferencia no será muy grande en todo caso, algo se ha roto ya en el forcejeo entre quienes ocupan los cielos en régimen de precariado y quienes pretenden asaltarlos desde la doble condición de aliados y rivales.

Leo en la prensa que lo que la dirigencia de Podemos pretende no es un gobierno de coalición, sino un gobierno paralelo. Han pedido competencias exclusivas en determinados territorios, dependiendo directamente de una vicepresidencia propia.

Esa bicefalia no es normal, en ninguna clase de gobierno entendido al modo como tradicionalmente se ha entendido la función de gobernar. Veamos, lo del gobierno del común tenía hasta el presente un determinado empaque. Se suponía que dicho gobierno tenía el deber de representar al conjunto de la ciudadanía, en su indudable y deseable diversidad. Se hablaba incluso de “leal” oposición para subrayar una cierta unidad de propósito en todo el arco parlamentario. Se pretendía que la discrepancia realmente existente se atajara en lo posible y quedara reducida únicamente a aquellos elementos imposibles de incorporar a una tarea común.

No solo es ese concepto de oposición leal el que está en crisis; también se cuestiona ahora la lealtad en el seno mismo del gobierno.

No parece un invento con mucho recorrido. Si cada elemento diverso de la ciudadanía contara con su propia fracción del gobierno, se diluiría toda unidad de propósito (de un lado) y de responsabilidad (de otro) en la gobernanza de los temas comunes, y todo el asunto degeneraría de forma inevitable en una olla de grillos.

Vamos entonces hacia una sesión de investidura con todas las incógnitas sin resolver y el ambiente cargado con la máxima tensión soportable. Mal asunto en cualquier caso, tanto si la investidura llega a buen puerto (qué clase de puerto será ese), como si no, y sus señorías nos remiten al 10 de noviembre como nueva fecha para un bucle más de unos comicios interminables.

El indicio de que algo se está estropeando de un modo peligroso, y esperemos que no definitivamente irreversible, está en el cruce de tuits entre Juantxo López Uralde, ecologista radical y militante de Equo, en los suburbios de Unidas Podemos, y Teresa Ribera, ministra socialista en funciones de Transición ecológica.

Este es el tuit de Juantxo, que incluye un ataque nítido al presidente del gobierno con el que aspira a coaligarse:

«Por dejarlo claro: Pedro Sánchez no quiere dejar en manos de UP ni una sola competencia en Transicion Ecológica, Medio Ambiente o Energía. Por qué será. #EmergenciaClimatica #PedroNoQuiere #PedroNoSeAtreve»

Y esta es la respuesta inmediata de Ribera, que ha trabajado junto a Uralde durante toda la etapa anterior de gobierno, e incluso desde bastante antes:

«Ay Juantxo! Qué pena… En fin…»

Suscribo al cien por cien el tuit de la ministra. Y en relación con la investidura, mi mejor deseo es el de los toreros al salir al redondel: que dios reparta suerte.