domingo, 12 de julio de 2020

LA CATALUÑA SOÑADA



Castellers con mascarilla y ‘castells nets’ contra la Covid 19 (foto La Vanguardia).



Joan Canadell, flamante presidente de la Cambra de Comerç, se ha felicitado por el “insuceso” (JLL Bulla dixit) europeo de Nadia Calviño frente a Pachlan Donohoe. El irlandés representaría, según Canadell, a una Europa más próxima y más propicia a las aspiraciones catalanas.

Bulla ha preguntado en voz alta si ese es también el sentir oficial de los cuarteles generales, cada vez más prolíficos y a la vez más esquifidos, del independentismo catalán. Hasta ahora no ha habido respuesta de los implicados, ni se la espera. No hay ni habrá posición oficial del “complejo Waterloo” y adláteres varios. Oficiosamente, podríamos hacer valer iuris tantum la presunción de que, en su modo de sentir, los enemigos de los enemigos de Catalunya son amigos de sus amigos.

Cosa curiosa, algo parecido ocurre en el entorno de PP-VOX. No han hecho alharacas de don Pachlan, pero sí han echado pestes de Calviño y de todo el actual gobierno por extensión. “Que así no se puede ir por Europa, que Europa rechaza el bolivarismo descarnado.” Sin mencionar, ni siquiera de pasada, que entre los votos que “sí” recibió Calviño estaban los de Alemania, Francia, Italia y Portugal.

¿Cuál es la Europa de Canadell, el cual no es más que un Nicodemo de Waterloo por otra parte? ¿Cuál, la de Casado? Vendría a coincidir en ambos casos, oh maravilla, con la de Kaczinski, Orban y Rutte, amén de Le Pen y Salvini, todos los cuales se han congratulado igualmente del resultado de la votación para la presidencia del Eurogrupo.

Los piratas europeos, me decía ayer Manuel Rodríguez Lorenzo, un amigo. Los tiburones.

Alfons Labrador, otro amigo, en un sagaz post en Facebook, ha apuntado a la Cataluña que tentativamente propone Canadell: un semiparaíso fiscal, opaco, secreto como una segunda Suiza, bien relacionado con el flujo global de los capitales multinacionales para los que ya Jordi Pujol quiso acondicionar a Cataluña como pista de aterrizaje. Una pista de aterrizaje amenizada con plantadas de castellers y concursos anuales de gossos d’atura, y señoreada desde su santuario por la marededéu de Montserrat. La gestión, la eficiencia, la feina ben feta, se refieren únicamente al trato dispensado a esos clientes privilegiados, que se agolparán para ocupar un puesto aventajado en la larga lista de beneficiarios de los favores de las innúmeras bancas catalanas, a cambio, eso sí, de módicos tantos por ciento en concepto de comisión.

Lo de las residencias geriátricas, el sistema público de salud y el alojamiento a los temporeros de la fruta, es enteramente otra cosa. Al fin y al cabo, dice la consellera Vilallonga, tanto en las residencias como en los hospitales de la xarxa pública y en los alpendes al aire libre en los que se hacinan los cosechadores semi resguardados de la intemperie, se habla demasiado castellano. Por no mencionar otras lenguas, menos ofensivas sin embargo para su delicado oído.