Mi admirado Josep
M. Colomer, “Colo”, en la actualidad profesor en la Universidad de Georgetown,
nos propina desde las páginas de elpais una diatriba contra la democracia titulada
«Oligarquía o demagogia». Ya es hora de decir alto y claro que la democracia no
es un buen sistema para sociedades muy numerosas y complejas, afirma con el
abono de la opinión de algunos clásicos, tales como Aristóteles o Rousseau. El
botón de muestra definitivo que proporciona es el Brexit; según Colo, nunca se
habría dado un error tan burdo de haber dejado la decisión en mano de los expertos.
Hay varios errores muy
patentes en esta argumentación. Voy a señalar algunos, con la conciencia de quedarme corto: yo no tengo el don de la clarividencia, lo asumo, no soy
un experto sino más bien una persona del común, falible por consiguiente.
A – En cuanto al
Brexit mismo, fueron los expertos y no los sencillos quienes lo plantearon en
primer lugar, y quienes intoxicaron los ánimos populares con malabarismos
aritméticos que demostraban las múltiples ventajas económicas de la medida. Las
ancianas solteronas de St Mary Mead o de Brighton nunca se habrían metido en
tales honduras de no habérselas servido en bandeja de té con pastas los grandes
medios de información, que como es sabido trabajan al mismo tiempo a favor de
la oligarquía y de la demagogia; de ambas, sin disyuntivas.
B – Nadie
sostendrá, de otro lado, que los diversos gobiernos y supergobiernos de
expertos de que disfrutamos están haciendo bien las cosas. Dejando aparte el
Brexit. Los expertos en tanto que oligarquía gobernante fascinada por el fluir
de los algoritmos en el software complejo que manejan, muestran una dificultad especial
en el trato cotidiano con la realidad tozuda. Pondré dos ejemplos de hoy mismo,
y ustedes pueden añadir los que gusten, no será por falta de material: 1)
Después de obligar incluso a modificar nuestra constitución para consagrar el
principio del equilibrio presupuestario, las altas jerarquías de la UE dudan en
si multar o no a España por sus déficit clamorosos y reiterados. Si al final se
impone la tesis de “dejar pasar” mirando con disimulo a otro lado, sería lógico
derogar de inmediato el pequeño añadido nocturno que se colocó de urgencia en
la carta magna. Verán como tampoco eso se hace. 2) Al COI le ha temblado la
mano en el momento de prohibir la participación de Rusia en los próximos Juegos
Olímpicos, a pesar de constatar que hubo un fraude de Estado en Sochi 2014,
donde el gobierno ruso enmascaró los positivos de sus propios atletas. Toda una
serie de campañas costosísimas en contra del dopaje se han ido por el desagüe
debido a esa, no diré decisión, sino falta de decisión. En general, los
gobiernos de los expertos atienden en primer lugar, igual que cualquier otro, a
su propia supervivencia; pero a diferencia de un gobierno democrático, no se
consideran sujetos a una ley superior e igualitaria, sino que manejan las leyes
a su antojo como un artificio de quita y pon, graduable y oscilante hasta el
infinito.
C – Es enteramente
válida la observación de que cuanto más desigual es una sociedad, más
defectuoso es el funcionamiento de la democracia en su interior. De ese
principio sencillo y observable a simple vista, cabe deducir dos conclusiones
diametralmente opuestas. Una es: esforcémonos en promover una igualdad mayor, y
la democracia mejorará. Otra, la que parece postular el artículo referido, es:
dejemos la desigualdad como está, y eliminemos ese engorro que tan mal
funciona, la democracia.
Bajo la tiranía de
los expertos, en una sociedad compleja y desigual en la que se habrá apartado a
las/los ciudadanas/os de todo poder de decisión y de control, rebrotarán todos
los viejos fantasmas que soñamos con erradicar: racismo, machismo, rapiña de la
naturaleza, eurocentrismo, marginación. Las multinacionales camparán por sus
respetos e impondrán sus propias condiciones a los estados. Las minorías
opulentas aplastarán bajo el tacón de su bota a las inmensas mayorías de los
sin derechos.
¿No es eso lo que
está ocurriendo, Brexit aparte? ¿Y cuál sería el problema principal, entonces: el
Brexit, o todo lo demás?