Al parecer, José
Carlos Díez va a ser el nuevo coordinador del área económica del PSOE. Él mismo
nos lo cuenta desde una tribuna de elpais, y lo hace con dos cualidades
peculiares que siempre, desde que tengo memoria de él, han acompañado al
personaje: de un lado la labia dicharachera, de otro la falta de rigor de sus
afirmaciones estupendas.
Me van a decir que
es manía que le tengo. No lo niego, pero vamos a los escritos. Este es el ramillete
de “afirmaciones estupendas” que abre el texto, titulado «España 2025», que el
consejero áulico y economista de cabecera de Susana Díaz (antes lo fue de José
Luis Rodríguez Zapatero) ha publicado en elpais ayer 19 de enero: «El
PSOE me ha encargado coordinar un nuevo programa económico. Hillary Clinton ha
tenido tres millones más de votos que Trump y el ideal socialdemócrata sigue
siendo un instrumento eficaz para transformar la sociedad. El PSOE se fundó
para luchar contra la precariedad y la desigualdad en el empleo y es más
necesario que nunca. La alternativa es Trump o Marinaleda. Y como diría San
Agustín, cuando me analizo me deprimo pero cuando me comparo me ensalzo. »
Vayamos por partes.
El texto hasta el primer punto y seguido es inobjetable. En efecto, el PSOE ha
encargado a Díez la coordinación del programa económico, tarea que Pedro Sánchez había
encomendado a Jordi Sevilla, hoy dimitido y tal vez caído en desgracia como su
valedor.
La segunda frase solo
puede leerse en relación con lo que le precede si entendemos que donde dice
Hillary Clinton se debe entender Susana Díaz, que donde dice Trump hay que leer
Rajoy, y que existe alguna relación subliminal entre el Partido Demócrata y el “ideal
socialdemócrata”. Que el tal ideal siga siendo un instrumento eficaz de transformación
social es algo por demostrar, y en cualquier caso no parece que los demócratas estadounidenses
vayan a ponerse a la labor mediante ofertas de consenso con la política del
presidente hoy investido a pesar de los tres millones menos de votos populares.
La tercera frase
tiene dos miembros yuxtapuestos, y ninguno de los dos se ajusta a la verdad
escueta. La precariedad y la desigualdad actuales en el empleo quedan bastante
por debajo de los designios fundacionales del PSOE. El PSOE inicial aspiraba al
socialismo, cosa que la Clinton no, y la Díaz tampoco, mientras que el propio
José Carlos se abstiene muy mucho de apuntar a otro horizonte distinto del capitalismo
neoliberal globalizado. Entonces, la afirmación de que el PSOE “es más
necesario que nunca” resulta, en el mejor de los casos, hueca. Solo pueden entenderlo
así quienes lo han votado, y no son muchos.
No voy a hacer
sangre con la cuarta frase, que lo merece. Ni Trump ni Marinaleda se postulan
como alternativas en la España de hoy que el PSOE de José Carlos aspira
legítimamente a liderar. Una cosa es criticar a los adversarios políticos, y
otra denigrarlos y ningunearlos. Si Díez pretende ser creíble ante la opinión,
no es ese el camino.
Y la quinta frase,
apoyada por la auctoritas de San
Agustín, como se refiere a una cuestión subjetiva, no necesita de contrapunto. Dice
Díez que, cuando se compara, se ensalza. Pues muy bien. Tomamos nota. Debo
añadir, a riesgo de parecer impertinente, que por mi parte ya lo sospechaba.