Javier Aristu y Paco Rodríguez en actitud de evaluar cuidadosamente las superestructuras. Sevilla, finales de octubre de 2018. (Foto Carmen Martorell)
Esa característica tan española: alardear de ignorancia y argumentar únicamente con universales. “No vale la pena reformar la Constitución si no es para algo importante" (Cataluña, obviamente, no lo es). Así se expresan algunos.
Javier Aristu ha
escrito un gran artículo sobre el tema (1). La ocasión se la ha dado un mano a
mano penoso entre dos políticos andaluces, Rodríguez de la Borbolla y Zoido, en
torno a la Constitución… y a Cataluña. Pero en el texto de Aristu hay muchas
más cosas, y una finura de análisis poco común. Alude, por ejemplo, al carácter
mestizo de la realidad catalana de hoy, porque un “elemento fundante” de la
nueva Cataluña fue la gran oleada humana de inmigrantes de otras regiones, y en
especial de Andalucía, en unos momentos en que las necesidades del despegue
industrial demandaban una aportación masiva de mano de obra de fuera.
En tiempos nos
sentimos orgullosos de ese mestizaje, alardeamos de tener una sociedad
inclusiva, de puertas abiertas. “Catalán es todo aquel que vive y trabaja en
Cataluña”, ¿recuerdan?
El posicionamiento
actual de las fuerzas soberanistas es una enmienda a la totalidad de aquella
tesis. Ven a Cataluña como un ideal prístino y tan elevado que solo es posible
aproximarse a él mediante un proceso controlado de depuración de elementos
extraños de todo tipo. Se está dispuesto a tolerar (poco y mal) al diferente,
siempre que se comprometa a un esfuerzo de “integración”. Subrayo el término en
lo que tiene de exigencia: se tolera a la persona, pero se veta la cultura que define a esa persona en muchos aspectos cardinales. No basta entonces la mera inclusión; la
sociedad resultante de la introducción de nuevos inputs humanos ha de ser “homogénea” y exenta,
por tanto, de contradicciones molestas.
La homogeneización
cultural, sin embargo, en las sociedades actuales tiene un carácter global, no
nacional; masivo, no de elite; simplificador, no complejo.
En muchos
parámetros, las culturas populares en Cataluña y en Andalucía son idénticas:
los mismos valores, las mismas aspiraciones que trascienden el ámbito localista
y adoptan una escala más amplia, que no siempre se traduce en una mayor
amplitud de miras.
Así, unos y otros nos
sentimos europeos, en buena medida, porque Europa patrocina (todavía; quizá no
por mucho tiempo) diversidad, tolerancia, convivencia y, también, un plus de
protección contra las arbitrariedades de dentro y contra las intrusiones de
fuera. “Ser” europeos, más europeos que nadie, incluso, es una aspiración
común. En cambio, nos es difícil vernos a los catalanes como andaluces, y a los
andaluces como catalanes. Y respecto de esa entidad abstracta a la que algunos
llaman España, nuestros sentimientos son francamente ambivalentes. Con más
fuerza en Cataluña, donde ser “españolista” es visto en algunas instancias como
un pecado sin redención posible; con las debidas precauciones en Andalucía,
porque, ojito, aquí hay que matizar qué es “lo nuestro” y qué no lo es.
Zoido y Borbolla
discursean desde el desprecio (Cataluña no supone un problema constitucional importante)
provocado por la ignorancia sumaria de la realidad. Satisfechos de sí mismos,
confiados en la funcionalidad de un eje Madrid-Sevilla como resumen adecuado de
la diversidad del país, convencidos de que “en España se vive bien” gracias a
sus desvelos, concluyen que no hay nada que reformar ni que retocar de las
instituciones tal como son y como están funcionando.
Una actitud tan
prepotente como miserable. No lo digo yo, lo dijo Antonio Machado. Y no es de
ahora el problema, Machado lo dijo en 1912:
«Castilla miserable, ayer dominadora, / envuelta en
sus harapos desprecia cuanto ignora.»
No caigamos en el
error de elevar los versos machadianos a categoría universal. Pero contemplemos
a nuestro sabor a los dos próceres arrepapados en la ficción del
autocontentamiento y en el menosprecio de los síntomas ─muy evidentes, muy
graves─ de malestar generalizado.
(1) “… camino al andar”, ver https://encampoabierto.com/2018/10/31/camino-al-andar/#more-6667