martes, 27 de agosto de 2019

SEÑALES EQUIVOCADAS



Imagen del incendio de la zona de Cazadores desde Telde, Gran Canaria. Una señal mediática muy espectacular, pero negativa.


Por todo Poldemarx se han colgado los carteles de dos convocatorias independentistas: la primera llama a una procesión de antorchas que ilumine la montaña de Montserrat la noche del día 10 de septiembre, y la segunda convoca a la ya clásica concentración en el centro de Barcelona el día 11, que este año irá vestida con camisetas nuevas de color azul. En los dos casos, se ofrece autocar para el traslado y se anima a la población a inscribirse en el centro cívico de Ca l’Artur y pagar las cuotas correspondientes por el traslado y la camiseta.

Me disculparán, espero, si me meto en camisa de once varas. En primer lugar, me parece que las dos convocatorias vienen a ser excluyentes entre ellas. Dos viajes en autocar, en días sucesivos, y pagando cuota en ambos casos, suponen demasiado desgaste para el cuerpo y para el bolsillo incluso si los ánimos andan muy caldeados, que no es el caso. Lo más probable es que las fuerzas vivas se dividan en dos grupos, los de la antorcha y los de la camiseta. Posible que haya además un tercer grupo, el de los que elijan no elegir y se sienten en la butaca de la sala de estar a ver los eventos por la tele amiga.

En cualquier caso, las cifras numéricas se resentirán. Parece que el ritmo de las inscripciones está siendo más flojo este año que el pasado, en toda Cataluña, y la razón es plausible. El ciudadano independentista de a pie, todo sentiment, empieza a sentirse demasiado exigido por las diferentes siglas del cotarro.

Lo de la camiseta azul, por ejemplo, es un abuso. La cosa iba bien con la amarilla, que dio imágenes aéreas muy vistosas.

Se cambió luego a la de color fresa. Sea. La fresa es todo un símbolo en el Alt Maresme.

Pero ¿azul? ¿Qué se le ha perdido al mundo indepe con el color azul, que además es el de los de siempre de Madrid? Vale que rehuyan el rojo para no confundirse con la gente del PSC; el naranja, por C’s, y el verde por Vox. Pero elegir el azul no es sino caer en el cazo para evitar la sartén.

Y luego está esa atrevida idea de iluminar de noche la montaña sagrada con antorchas. A eso se le llama jugar con fuego, y todo el mundo ha de ser muy consciente de cómo puede acabar la performance, sobre todo si ese día cae la mala suerte de que sople viento racheado.

La bonita escena de Montserrat iluminando las tierras de la Catalunya Vella y la Nova, podría dar paso a imágenes muy similares a las que hemos visto en primera plana de las noticias en Gran Canaria o en la Amazonía. ¿Es necesario correr ese riesgo cuando todas las voces autorizadas nos llaman a extremar la prudencia en esta época de altas temperaturas?

Dado que no formo parte ni de la ANC ni de los CDR, carezco de derecho a decidir en esta cuestión. Mi posición, en consecuencia, viene a ser similar a la del escribiente Bartleby en la novelita de Melville: preferiría que no se hiciera.