Dice Don Ángel de
las Rosas, prestigiosa figura del ius-sindicalismo catalán que no se debe confundir,
pero sí añadir, a nuestro Ángel Rozas,a quien solíamos llamar Angelito por su
doble condición minúscula y angelical…
Dice, digo, Don
Ángel de las Rosas que «la calificada como injusticia de la sentencia actúa
como un marco mental que ha puesto en marcha un mecanismo para sentir y vivir
como injusta la decisión del alto tribunal.» (1) El apunte es sagaz, hay aquí
una especie de pescadilla que se muerde la cola.
Es decir, la
sentencia (nos estamos refiriendo a la del Tribunal Supremo sobre las
actuaciones del otoño de 2017 en Cataluña, firmada por el juez Marchena) era
injusta para una concepción determinada de la política ya antes de dictarse, y
fueran los que fueren sus contenidos. No era considerada en tanto que
sentencia, sino como un marco mental. Quiere decirse que no importaba el tenor
de la letra grande o pequeña del redactado, sino el hecho mismo de que se
dictara una sentencia, cualquier sentencia.
La cual, injusta
por definición, estaba destinada a poner en marcha un mecanismo «para sentir y
vivir como injusta» la decisión, en palabras de De las Rosas. Ese “mecanismo”
estaba previsto y cuidadosamente preparado desde antes; la publicación de la
sentencia era únicamente el botón que debía accionar el resorte.
El relato de la independencia
de Cataluña se basa en este tipo de mecanismos cuidadosa y mediáticamente
planificados. Cada nuevo avatar propuesto desde las alturas mediáticas responde
a una indignación popular que no es espontánea, sino inducida. Desde los medios
de comunicación de la Generalitat se propone de tanto en tanto una nueva
indignación para consumo de las masas. La negativa de Pedro Sánchez a hablar
con Quim Torra durante su reciente visita a Barcelona ha ejercido como nuevo
detonante de una indignación impostada: Quins
collons!, ha dicho Quim Torra, el cual no andaba desesperado en busca de
soluciones pacificadoras, sino ansioso de descargar el saco de las
culpas ─bastante voluminoso a estas alturas─ en un chivo expiatorio propicio.
Más allá de los
dimes y diretes, señala Don Ángel de las Rosas en su enjundioso escrito que lo
que está en juego es la defensa del autogobierno. Torra está defendiendo fatal
sus propias prerrogativas, desde la poltrona que ocupa. Por eso llama Rosas al PSOE
y a ERC para que, desde las posiciones de izquierda que se les suponen,
contribuyan a extender una posición sensata, a) no dando una respuesta análoga
a la de 2017 en una situación que no es similar; y b) propiciando un acuerdo amplio
y flexible, porque, dice Rosas, «cuanto más lejos está un acuerdo, más
necesario se hace.»
Amén.
(1) Véase, a mayor
abundamiento, http://lopezbulla.blogspot.com/2019/10/que-echan-en-barcelona-confusionismo.html