martes, 22 de octubre de 2019

CUANTO MÁS LEJOS ESTÁ UN ACUERDO


Dice Don Ángel de las Rosas, prestigiosa figura del ius-sindicalismo catalán que no se debe confundir, pero sí añadir, a nuestro Ángel Rozas,a quien solíamos llamar Angelito por su doble condición minúscula y angelical…

Dice, digo, Don Ángel de las Rosas que «la calificada como injusticia de la sentencia actúa como un marco mental que ha puesto en marcha un mecanismo para sentir y vivir como injusta la decisión del alto tribunal.» (1) El apunte es sagaz, hay aquí una especie de pescadilla que se muerde la cola.

Es decir, la sentencia (nos estamos refiriendo a la del Tribunal Supremo sobre las actuaciones del otoño de 2017 en Cataluña, firmada por el juez Marchena) era injusta para una concepción determinada de la política ya antes de dictarse, y fueran los que fueren sus contenidos. No era considerada en tanto que sentencia, sino como un marco mental. Quiere decirse que no importaba el tenor de la letra grande o pequeña del redactado, sino el hecho mismo de que se dictara una sentencia, cualquier sentencia.

La cual, injusta por definición, estaba destinada a poner en marcha un mecanismo «para sentir y vivir como injusta» la decisión, en palabras de De las Rosas. Ese “mecanismo” estaba previsto y cuidadosamente preparado desde antes; la publicación de la sentencia era únicamente el botón que debía accionar el resorte.

El relato de la independencia de Cataluña se basa en este tipo de mecanismos cuidadosa y mediáticamente planificados. Cada nuevo avatar propuesto desde las alturas mediáticas responde a una indignación popular que no es espontánea, sino inducida. Desde los medios de comunicación de la Generalitat se propone de tanto en tanto una nueva indignación para consumo de las masas. La negativa de Pedro Sánchez a hablar con Quim Torra durante su reciente visita a Barcelona ha ejercido como nuevo detonante de una indignación impostada: Quins collons!, ha dicho Quim Torra, el cual no andaba desesperado en busca de soluciones pacificadoras, sino ansioso de descargar el saco de las culpas ─bastante voluminoso a estas alturas─ en un chivo expiatorio propicio.

Más allá de los dimes y diretes, señala Don Ángel de las Rosas en su enjundioso escrito que lo que está en juego es la defensa del autogobierno. Torra está defendiendo fatal sus propias prerrogativas, desde la poltrona que ocupa. Por eso llama Rosas al PSOE y a ERC para que, desde las posiciones de izquierda que se les suponen, contribuyan a extender una posición sensata, a) no dando una respuesta análoga a la de 2017 en una situación que no es similar; y b) propiciando un acuerdo amplio y flexible, porque, dice Rosas, «cuanto más lejos está un acuerdo, más necesario se hace.»

Amén.