Supuestas ruinas de Troya en
Hisarlik, Asia Menor.
Jacinto Antón da
cuenta en elpais de una gran exposición en el Museo Británico sobre la guerra
de Troya.
Pero resulta que la
exposición citada empieza por poner en duda la mayor. Hay serias posibilidades
de que no hubiera guerra en Troya; y si la hubo, de que no fuera tal como nos la
contó Homero.
En ninguna parte se
ha encontrado el costillar de madera de un gran caballo susceptible de ser el
artefacto ideado por los aqueos de grebas hermosas para penetrar en la
ciudadela sitiada. Los restos ennegrecidos hallados por Heinrich Schliemann en una determinada
capa de un yacimiento arqueológico de Hisarlik formado por muchas Troyas superpuestas,
no se corresponden con exactitud a las fechas facilitadas por Homero. No existen
pruebas materiales fehacientes. Todo podría reducirse a fake news lanzadas a la blogosfera por un influencer llamado Homero.
A propósito,
tampoco la existencia de Homero está debidamente confirmada por la
investigación científica. Omíros quiere
decir, sencillamente, “el ciego”. A saber cuántos aedos ciegos andaban rondando
por ahí, y a cuál de ellos se le ocurrió el pastel.
Está bien poner en duda las viejas certezas, pero la herencia cultural que hemos recibido desde hace muchos siglos no depende en definitiva de la exactitud de los detalles. La cultura es algo con lo que siempre se tiene que negociar; la ignorancia, en cambio, es un bloque compacto.
Algunas gentes predican que no hay que fiarse, circula mucho blablablá en torno a estas cuestiones y los pilares de la civilización tal como la entendemos podrían quedar reducidos nada más a un constructo de cartón-piedra adobado con plastilina para aparentar una solidez enteramente ficticia.
Algunas gentes predican que no hay que fiarse, circula mucho blablablá en torno a estas cuestiones y los pilares de la civilización tal como la entendemos podrían quedar reducidos nada más a un constructo de cartón-piedra adobado con plastilina para aparentar una solidez enteramente ficticia.
Para caminar sobre
seguro, esas gentes proponen como cien veces preferible el adanismo completo. Empezar de cero, sin
prejuicios ni premoniciones redentoristas. «En el principio era el Verbo
neoliberal, y el Neoliberalismo era Dios.» Por ahí van los tiros de quienes arremeten contra el mundo tal como se ha ido conformando pacientemente al paso de las generaciones.
Para ellos, todo estaba dado y bendecido desde el principio. Y lo que no se remite al dogma es solo paparrucha.
Para ellos, todo estaba dado y bendecido desde el principio. Y lo que no se remite al dogma es solo paparrucha.
Por cierto, ¿existió
realmente Adán? ¿Es fiable en este punto la Biblia, se han encontrado pruebas
incuestionables de un paraíso terrenal neoliberal?