jueves, 27 de febrero de 2020

Y DOS HUEVOS DUROS



Pep Guardiola ayer en el Bernabeu (foto Juan Medina/Reuters).


Nota aclaratoria.- El copyright de los dos huevos duros pertenece a los Hermanos Marx, pero su utilización para describir la política pos pos pos convergente es patrimonio legítimo de José Luis López Bulla, de quien lo tomo prestado aquí con sin igual sanfasón. No es la primera vez ni será la última, entre compañeros bien avenidos.
   

Pep Guardiola, calificado en la prensa nacional como “el Anticristo blanco”, sometió ayer al Real Madrid en el estadio Bernabeu con una táctica novedosa y desconcertante: utilizó dos falsos nueves.

Leo en lavanguardia (el comentario técnico es de Álex Delmás) que los dos huevos duros, perdón falsos nueves, se emparejaban en fase defensiva a los centrales blancos con el fin de estorbar la salida del balón; mientras que en fase ofensiva se descolgaban para recibir entre líneas y provocar dudas en la defensa. Si alguno de los centrales se adelantaba, uno de los dos puntas blues restantes le tomaba la espalda.

No estoy muy seguro de haberlo entendido del todo, pero al parecer esa actividad impredecible de los dos huevos duros, perdón falsos nueves, colapsó el juego del equipo blanco, que perdió la posesión y a la larga el partido.

Guardiola sabe mucho de fútbol. ¿Cómo explicar esa sabia y compleja táctica en dos palabras y sin tecnicismos? Yo, disculpen la ignorancia, diría que lo del City consistió en marear la perdiz.

Más o menos lo mismo hizo el equipo de JxCat en el Congreso de los Diputados, el mismo día. Ferran Bel amagó con una abstención en el tema del techo del gasto, y cuando a Pedro Sánchez se le había puesto la miel en los labios, Laura Borràs impuso el No. El voto no iba a ser de rositas, explicó a la prensa: el gobierno no había garantizado los dos falsos nueves, perdón huevos duros, que le habían sido pedidos; o sea, la deuda del IVA catalán.

El gol marcado por Borràs no ha entrado, sin embargo, en la portería de Pedro Sánchez, que no necesitaba esa abstención y se ha salido finalmente con la suya; sino en la portería de ERC. En ERC están que trinan, y acusan a JxCat de deslealtad.

¿Deslealtad para qué, y con quién? Al decir una cosa por la mañana y otra por la tarde, los peloteros posconvergenciales han rizado el rizo y superado la treta táctica de Pep, posicionando sus falsos nueves en la Carrera de San Jerónimo para cobrarse los huevos duros en la Ciutadella.

Su parroquia es la que es, y el objetivo que persiguen no es ni vencer ni convencer a nadie, sino evitar que los de Junqueras les desplacen del espacio que siempre ha sido suyo.

Para lo cual recurren a un sofisticadísimo mareo de la perdiz que no tiene ningún efecto en ninguna parte, pero contribuye a mantener con la boca abierta al personal.