viernes, 12 de junio de 2020

LA JUJUSTICIA DEL SUSUPREMO


Definitivamente, Ana Botella no será condenada por haber causado un perjuicio de 25,7 millones de euros al Tesoro, malvendiendo vivienda pública a fondos buitre. Todos sabíamos ya que la entonces alcaldesa de Madrid estuvo inspirada en su polémica decisión por los más altos ideales patrióticos, eso por descontado. Pero ahora el Tritribunal Susupremo ha dictado la sesentencia absosolutoria definitiva. Dejen en paz a Ana, canallas de la izquierda irredenta, que bastante está sufriendo la pobre en su residencia de Marbella, junto a su Josemari (Aznar), al que de día en día se le va poniendo el careto de Christopher Lee en el papel estelar de su carrera cinematográfica.

Han concurrido diversas voluntades en el resultado final de la absolución de Ana. Fue condenada en su día por el Tribunal de Cuentas, pero la Sala de Enjuiciamento del mismo Tribunal revocó la sentencia con la intervención estelar de Margarita Mariscal de Gante (casualidad, había sido ministra de Justicia en el gabinete Aznar) y Manuel Suárez Robledano (casualidad, ex portavoz de la muy conservadora Asociación Profesional de la Magistratura).

Contra la revocación, cabía recurso de casación ante el Susupremo. El pleno del Ayuntamiento de Madrid votó a favor de interponer el recurso, pero el alcalde José Luis Martínez-Almeida obstruyó dicho mandato hasta agotar el plazo legal, con el argumento de que no pensaba «derrochar el dinero público de los madrileños ni el dinero de la administración de Justicia en la búsqueda de venganzas estériles.»

En plata, y para que lo entiendan, Almeida estaba en contra del rerrecurso y a favor de una cacasación.

Hay más peripecias y volatines jurídicos en el asunto. Si el lector empedernido desea pasar un mal rato, pero un mal rato instructivo, tiene a su alcance clicar en el siguiente link: