domingo, 18 de octubre de 2020

JACINTA GRANDERN

 


Algunas actividades indispensables que inciden un 0% en el crecimiento del PIB de las naciones (fuente: Facebook)

 

La buena noticia es que existen dirigentes políticos como Jacinda Ardern, no son quimeras urdidas por mentes calenturientas. Jacinda acaba de renovar su mandato al frente del gobierno de Nueva Zelanda, con un 49% de los sufragios y mayoría absoluta en el Parlamento. Todos estamos de enhorabuena.

La mala noticia es que Jacinda vive exactamente en las antípodas de, pongamos por ejemplo, la Comunidad de Madrid.

Su línea política también está en las antípodas de la de Isabel Ayuso. Considera nada menos que la salud es lo primero, y en consecuencia va antes que la economía en cualquier escala de valores. Ayuso, por el contrario, estima que la economía es más importante que cualquier otra cosa, y quienes se contagien del virus que se jodan.

Estamos todos obligados a posicionarnos entre lo que representan los dos especímenes de la política. Se trata de una cuestión de prioridades, aquí no valen las equidistancias. Si su prioridad es el PIB, vote sin dudar con Ayuso; lo ha hecho un 27% de los compatriotas de la señora Ardern.

Si, por el contrario, cree que la salud pública es un patrimonio valioso y cualquier inversión para conservarla y mejorarla es rentable a la larga, mientras que, por el contrario, el PIB está construido con la sustancia con la que se fabrican los sueños, entonces su papeleta de voto lleva sin duda el nombre de Jacinda.

Me atrevería a sostener que en esta cuestión concreta anda enredado además un tema de género. O sea, hay más probabilidades de que sea usted jacindista si es mujer, y los ayusistas tienen más probabilidades de ser varones, a pesar de que Isabel no lo sea. Los ayusistas propenden a sostener con énfasis la teoría de que las mujeres nunca deberían salir de la cocina. Todo lo más les reservan un puesto en el mercado del pescado, como hizo Félix de Azúa con Ada Colau (Ada es jacindista o algo muy parecido, piénsenlo dos veces antes de criticarla por tantas razones a las que está expuesta/o hoy en día quien se atreve a aparecer en el escenario de la política).

Estamos en un paradigma económico y tecnológico nuevo, y cuanto antes espabilemos y comprendamos que no se puede hacer política al viejo modo, mejor nos irá. En la pandemia, y en otras cuestiones vitales como la descarbonización de la economía y la lucha contra el cambio climático.

Hasta don Mariano Rajoy incluido, la labor del político era facilitar la buena marcha de la economía, medida esta última por los progresos meramente estadísticos del PIB. Don Mariano fue un titán en esa tarea, ahí queda el tremendo desguace de derechos y garantías de toda clase que supuso su reforma laboral, por no hablar de la que estaba preparando para rematar la faena cuando le pilló por medio el carrito del helado de la moción de censura promovida por el que algunos llaman “Estado fallido”.

Hoy la política en el sentido recto de la palabra pasa por enfrentarse a la lógica del mercado, incluidos sus algoritmos y los inputs del PIB. «El mercado mata», es una advertencia que debería ir escrita obligatoriamente en todas las cajetillas de crecimiento económico. Lo usual ha sido, en el terreno del ultraliberalismo y hasta ahora mismo, controlar la política desde los mercados; pero el tema crucial, del que depende nuestro futuro, es controlar a los mercados desde la política.

No hagan caso de quienes sostienen que la política no sirve para nada y todos los políticos sobran. Son voceros de los mercados, probablemente pagados para difundir la maraña. La política sí sirve. Más aún, la política es la única vacuna eficaz conocida para evitar la expansión indiscriminada de la pandemia letal de los mercados.

Jacinda Ardern es la mejor demostración.

 

Recomendación.- Oigan, si no leen puntualmente todas las mañanas el blog “Metiendo bulla”, descarten ustedes la idea ficticia de estar bien informados. Miren, como botón de muestra, lo que viene esta misma mañana: http://lopezbulla.blogspot.com/2020/10/hablamos-de-geopolitica-desde-atenas.html