jueves, 1 de octubre de 2020

EL JUGADOR DE PÓQUER


Paul Newman juega al póquer en 'El golpe' (The Sting, Gorge Roy Hill 1973).

 

No es que Pablo Casado sea tonto, es que está en el casino pidiendo cartas para ver si por una vez en la velada le viene a las manos un full.

No se explica de otra manera esa singular afirmación de que al rey le votaron los españoles, y a Iglesias y Garzón, no. ¿En qué estaba pensando? No es un problema de Masters en Harvard o en otra parte, es que tenía otra cosa en la cabeza y se le cruzaron los cables.

Pero le da lo mismo. Vuelca la mano perdedora sobre el tapete verde y pide barajar y cartas nuevas. A ver si cambia la racha. A ver si esta vez engancha dos ases juntos.

Está teniendo lugar un forcejeo prolongado en torno a la estrategia anti-Covid. Casado sabe que el gobierno central está obligado a apostar fuerte, e intuye que las cartas que juegan Sánchez e Illa podrían no ser tan buenas: el rebrote del virus viene como un tsunami. Su intención, entonces, es cargarles a ellos los muertos de cada día, los nuevos contagios. Ocurre que la gran mayoría de muertos y de contagios están en su propio territorio. No importa, son su única chance de ganar la puesta con una mano milagrosa, o en su defecto con un farol.

Y lo intenta, una y otra vez. Un día reclama poder de decisión para la CAM; al siguiente, pide centralización e intervencionismo. Al otro, reniega de la centralidad y acusa de autoritarismo a las autoridades.

No es incoherencia, sino mentalidad de jugador. En cada ocasión ha olvidado ya la mano anterior, fallida. Paciencia y barajar. Cartas nuevas. La partida se alarga interminablemente. Hasta que se le acaben las fichas que poner en el plato.

Ahí fuera la gente sufre, y Casado es consciente de que una concertación de esfuerzos y de recursos podría aliviar una situación angustiosa. No quiere cooperar, sin embargo; aún no. Nadie le echará en cara unos pocos muertos más, algunos contagios extra, si consigue dar un vuelco a la larga mala racha que viene sufriendo con una mano milagrosa. Si en estas, de pronto se le juntan tres o cuatro ases y consigue desplumar a Pedro Sánchez.