Paul Newman juega al póquer en 'El golpe' (The Sting, Gorge Roy Hill 1973).
No es que Pablo
Casado sea tonto, es que está en el casino pidiendo cartas para ver si por una
vez en la velada le viene a las manos un full.
No se explica de
otra manera esa singular afirmación de que al rey le votaron los españoles, y a
Iglesias y Garzón, no. ¿En qué estaba pensando? No es un problema de Masters en
Harvard o en otra parte, es que tenía otra cosa en la cabeza y se le cruzaron
los cables.
Pero le da lo
mismo. Vuelca la mano perdedora sobre el tapete verde y pide barajar y cartas
nuevas. A ver si cambia la racha. A ver si esta vez engancha dos ases juntos.
Está teniendo lugar
un forcejeo prolongado en torno a la estrategia anti-Covid. Casado sabe que el
gobierno central está obligado a apostar fuerte, e intuye que las cartas que juegan
Sánchez e Illa podrían no ser tan buenas: el rebrote del virus viene como un
tsunami. Su intención, entonces, es cargarles a ellos los muertos de cada día,
los nuevos contagios. Ocurre que la gran mayoría de muertos y de contagios
están en su propio territorio. No importa, son su única chance de ganar la
puesta con una mano milagrosa, o en su defecto con un farol.
Y lo intenta,
una y otra vez. Un día reclama poder de decisión para la CAM; al siguiente, pide centralización
e intervencionismo. Al otro, reniega de la centralidad y acusa de autoritarismo
a las autoridades.
No es incoherencia,
sino mentalidad de jugador. En cada ocasión ha olvidado ya la mano anterior,
fallida. Paciencia y barajar. Cartas nuevas. La partida se alarga
interminablemente. Hasta que se le acaben las fichas que poner en el plato.
Ahí fuera la gente
sufre, y Casado es consciente de que una concertación de esfuerzos y de
recursos podría aliviar una situación angustiosa. No quiere cooperar, sin
embargo; aún no. Nadie le echará en cara unos pocos muertos más, algunos
contagios extra, si consigue dar un vuelco a la larga mala racha que viene
sufriendo con una mano milagrosa. Si en estas, de pronto se le juntan tres o
cuatro ases y consigue desplumar a Pedro Sánchez.