jueves, 2 de febrero de 2017

LOS MALOS USOS ARRAIGADOS EN LA POLÍTICA


Han sido detenidos hoy varios (en lavanguardia se habla de decenas) ex altos cargos de la antigua CDC, en relación con ese sistema de financiación ilegal del partido ampliamente conocido como “método del 3%”, si bien fuentes judiciales y policiales prefieren denominarlo Operación Pika, nueva fase de la que fue llamada Operación Petrum cuando arrancó, allá por 2014, con un registro en la alcaldía de Torredembarra.
No hay nada nuevo bajo el sol, según la formulación bíblica. Cuando desde la plaza Sant Jaume se nos informaba en tono airado de que Madrid nos roba, lo que subyacía a tal agravio era el hecho de que la mordida centralista menguaba considerablemente las entradas de cash que la propia Generalitat ingresaba subterráneamente a partir de su propia red de contactos. Los parámetros revelados de uno de los robos de Madrid (sin duda la cosa no se queda ahí) están ya suficientemente claros, desde las habilidades de Bárcenas hasta la trama Gürtel; los de Convergència, también, fijados en el 3% taxativo por cada concesión de obra pública.
No se percibe arrepentimiento en ninguno de los dos focos de una corrupción masiva que, más allá de consideraciones éticas, ha empobrecido al país y ha encabronado las posibles vías de salida a la crisis. Durante años, las acusaciones cruzadas de corrupción han sido respondidas con el clásico “Y tú más”. No solo las cruzadas entre PP y Convergència; ese cáliz tampoco ha pasado de largo del PSOE.
En todo el tratamiento mediático de este zurriburdi, una cuestión está quedando sospechosamente fuera de foco: donde hay corrupción, hay un corruptor. Veamos, por ejemplo, otra noticia reciente sin relación aparente con la anterior. El Consejo de Seguridad Nuclear está a punto de aprobar la prolongación de la vida útil de la central de Garoña. No lo ha hecho aún porque la única consejera opuesta a la medida, Cristina Narbona, ha esgrimido los estatutos para exigir el cumplimiento del plazo de una semana para tomar la decisión. Los cuatro consejeros restantes, incluida la socialista Rosario Velasco, están firmes en la idea.
No es probable que Garoña reabra, las inversiones necesarias serían prohibitivas. Lo interesante en este caso es el fuero, no el huevo. Las eléctricas podrían reclamar indemnizaciones por lucro cesante en caso de abrirse la puerta a la legalización de la ampliación del funcionamiento de las nucleares más allá de los plazos operativos previstos en su construcción. Las eléctricas son expertas en recibir dinero a mansalva de los gobiernos; son un ejemplo de manual del comportamiento extractivo de los sectores estratégicos públicos que han sido privatizados, y del buen funcionamiento y engrase adecuado de las puertas giratorias. Garoña es propiedad de Endesa e Iberdrola.
La complacencia de la política hacia esas formas de depredación privada de los caudales públicos obedece a un principio sólidamente establecido en los negocios desde la época de la república romana: do ut des, el intercambio de favores. Es difícil avanzar contra la poderosa corriente de esa colusión entre corruptores y corrompidos. Un fortalecimiento del Estado, una reversión de sectores económicos privatizados al dominio público, y una mayor vigilancia democrática por parte de los partidos y de la ciudadanía, serían la vía más factible para poner remedio a tanta proliferación de malos usos y de robos de lo común. No sé si aún estamos a tiempo para tal cosa.