jueves, 27 de junio de 2019

JUEGOS DE APARIENCIAS



Primer plano de Vanessa Redgrave en ‘Blow-Up’, de Michelangelo Antonioni


Dos mujeres, madre e hija, contrataron de buena fe a un sicario para que matara a otra persona, vendiera sus órganos y les hiciera entrega del dinero así conseguido. El sicario resultó ser un estafador, que ni mató a nadie ni vendió ningún órgano, pero se quedó con la cantidad adelantada por ellas. Como es lógico, las mujeres denunciaron los hechos a la policía, y estafador y estafadas fueron a parar juntamente a la trena.

La noticia sirve de ejemplo perfecto de cómo entienden muchos la dialéctica entre derechos y deberes. Los derechos (sin deberes anejos, limpios de polvo y paja) los tendríamos nosotros; los deberes (sin ningún derecho correspondiente reconocido) los tendrían los demás hacia nosotros.

Más o menos así funciona la lógica del portavoz de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, cuando declara que Gabilondo tiene el deber moral de abstenerse en la investidura de Ayuso, pero rechaza al mismo tiempo el deber moral propio de abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez: «¡Son temas completamente distintos!», ha exclamado.

En efecto, la diferencia fundamental es que ellos son ellos, y nosotros somos nosotros.

Hace muchos años Michelangelo Antonioni realizó una película visualmente muy atractiva, Blow-Up. En el arranque, un fotógrafo profesional veía a un hombre y una mujer muy bella retozar en el paisaje idílico de un parque en el que estaba trabajando en un reportaje de moda. En el proceso de revelado de sus fotografías apreciaba un detalle extraño en un rincón y, curioso por ver qué era aquello, hacía sucesivas ampliaciones (blow-ups) de la imagen, hasta que resultaba claro que se trataba de los pies de un muerto medio oculto detrás de unos arbustos. El muerto era el hombre al que había visto besarse con la mujer fascinante, interpretada por Vanessa Redgrave.

Preguntado el ilustre cineasta sobre cuál era el “mensaje” (por entonces, el mensaje era infaltable en una película “de autor”) de aquel despliegue barroquista de efectos visuales, respondió sin pestañear que era la ruptura entre significante y significado en la sociedad contemporánea.

Dicho de otra manera, las apariencias engañan. Pero la cuestión va incluso más allá. Las apariencias son utilizadas para engañar. Y es posible incluso que el engaño tenga lugar “de buena fe”. Basta con apoderarse de un significante reconocido; a partir de ahí, nada más fácil que mutar el significado esperado, el concordante según la lógica establecida. Si no les han bastado la historia de las dos mujeres y la del portavoz político, aquí van otras tres espigadas en la crónica que todas las mañanas pone a nuestra disposición la prensa cotidiana.

1) Un agregado militar de la comitiva diplomática del presidente de Brasil Jair Bolsonaro ha sido detenido en el aeropuerto de Sevilla con 39 kilos de cocaína en su equipaje. Moraleja: el significado “narco” se agazapaba bajo el significante “representación diplomática”.

2) El llamado “Messi iraní” es acusado de haber tenido relaciones íntimas con 23 mujeres haciéndose pasar por el astro del fútbol mundial. Moraleja: él dice que nunca las engañó, y es posible que sea cierto. A veces basta la ilusión del significante para hacer creer que se ha entrado en posesión del significado.

3) El equipo de fútbol femenino CD Tacón, recién ascendido a la división de honor, ha sido comprado por el Real Madrid, que planea utilizarlo para desembarcar en dicho deporte empezando desde arriba. La operación, sin embargo, no es tan sencilla. La mística madridista, su ADN triunfador y el espíritu de Juanito, no se inoculan en un cuerpo extraño de un día para otro y mediante el simple uso de la chequera para contratar a las mejores profesionales accesibles en el mercado. De modo que Florentino Pérez ha decidido que la próxima temporada el club seguirá llamándose Tacón, y solo en la temporada 2020-21 competirá como Real Madrid con todas sus consecuencias y prerrogativas. Moraleja: se trata de un intento realista de aproximar un significante y un significado muy distantes, aunque sea con fórceps.