domingo, 30 de junio de 2019

¿MADRID EN PIE?



Entrega de las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos.


«No puede ser que quiten una medida que funciona porque cambie el partido que gobierna», ha dicho Ana Martín, vecina de Malasaña, madre de dos hijas con las que acudió a pesar de un sol de plomo a la manifestación en defensa de Madrid Central.

Los lamentos vienen después de las dejaciones. Boabdil el Chico entregó las llaves de Granada a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y mientras se retiraba por los vericuetos de Sierra Nevada hacia las Alpujarras echó la vista atrás y rompió a llorar. La sultana Aixa, su madre, lo trató con escasa paciencia. El lugar aproximado del incidente está señalado hoy como el del “Suspiro del Moro”.

La manifestación en favor de Madrid Central llega, asimismo, un poco tarde, después de errores clamorosos de estrategia de las izquierdas madrileñas. Alguien sembró dudas en el sentido de que Manuela Carmena no era lo bastante de izquierdas, y Errejón nada más que un socialdemócrata empedernido. Frente a tales enemigos espurios de la puridad resplandeciente, se arbitraron nuevas candidaturas que, esas sí, eran fetén.

Nadie puede decir que quienes obraron de ese modo no estaban advertidos de lo que se avecinaba. Los lebreles estaban ahí, al alcance, y las liebres seguían discutiendo si eran galgos o podencos.

Pues bien, Madrid Central es la primera de las medidas de Carmena que van a eliminar los galgopodencos. Detrás sigue una larga lista; Manuela es que no paró durante sus cuatro años al mando del rompeolas de todas las Españas.

Ahora mismo, sin embargo, los laboratorios de la acreditada plataforma “Izquierda fetén, desconfíe de las imitaciones”, vuelven a jugar a lo mismo. Nos cuentan Pablo e Irene que existe un riesgo de que Sánchez se escore a la derecha, y por lo tanto ellos son partidarios de votar en contra de su investidura a menos que rectifique el rumbo rápidamente; o cuando menos, prefieren aplazar la investidura al mes de septiembre.

Espléndido. Después del “trifachito”, llega a nuestras latitudes una nueva y rutilante categoría política, el “galgopodencosanchismo”.

Si llega a consumarse la debacle, mi propuesta es colocar por suscripción popular, en un punto panorámico de la sierra del Guadarrama, un mojón con la inscripción “Suspiro de Pablo”.