“Con flores a María”, de Charo
Corrales, la pintura maculada sin remedio en Córdoba.
Les das la idea y
la ponen en práctica sin tardanza. Un individuo desgarró, sin remedio y con un
cuchillo, un cuadro de una exposición de pintura. La muestra llevaba por título
“Maculadas sin Remedio”, título que quería expresar el contraste entre la
Inmaculada Concepción, pintada por Murillo por ejemplo, y la condición común a
las mujeres de nuestra época, que deriva por el contrario de ser Maculadas de formas
variadas e imaginativas; o sea, manchadas; o sea, agredidas sin miramientos.
La idea dio así, en
este caso concreto, paso a la forma. La exposición se celebraba en la Galería
de Presidencia del Palacio de la Merced de Córdoba. Varios grupos políticos,
entre ellos (oh casualidad) PP, Ciudadanos y Vox, habían pedido la “inmediata retirada”
de la muestra pictórica por ser “un insulto a las creencias religiosas”.
¿Por qué insulto?
¿Por qué a las creencias? Lo que se percibe más bien es el recurso a la
religión establecida para vehicular una protesta por el trato bárbaro que
reciben personas de nuestro entorno inmediato hechas a imagen y semejanza de
las imágenes sagradas ofrecidas a la devoción de los fieles. Hay que afinar para
entender el concepto, pero algunas gentes poco aptas para sutilezas prefieren
negar la mayor y entrarle al trapo albaceteña en mano para sentirse justificadas
en sus hábitos ancestrales, que consisten en adorar a las Inmaculadas sin
desfallecer, y macular sin desfallecer tampoco a las que no lo son.
Una maculada sin
remedio se ha suicidado debido a las secuelas imposibles de controlar de la difusión de un
vídeo sexual que había grabado hace cinco años. No quería que lo viera su reciente
y actual marido, pero los compañeros de trabajo, solícitos, lo hicieron llegar al
interesado después de compartir y jalear entre ellos, en manada, la
performance. Otra maculada ha sido salvada in extremis de una muerte miserable
porque sus gritos alertaron a los vecinos y los vecinos alertaron a la policía
cuando su compañero estaba en trance de tratarla igual que la pintura de Charo
Corrales; es decir, de acuchillarla.
Qué quieren que les
diga, son accidentes triviales, que ocurren todos los días sin que se sientan
insultadas las creencias religiosas de las buenas gentes. No suscitan ninguna reacción,
por ejemplo, de la Hermandad de la Inmaculada Concepción y
Muy Antigua Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo del Santo
Sepulcro y Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, de
Córdoba, que sí había manifestado en cambio su rechazo a la muestra, expresando
en comunicado hecho público su «más
profunda indignación ante lo que entiende una clara ofensa a los sentimientos
religiosos de sus miembros, especialmente intolerable al tratarse de un manifiesto
escarnio del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.»
La moraleja del
incidente sería que Inmaculada no hay más que una; el resto de las implicadas
en el mismo género son maculables irremediablemente.
Que es justamente
lo que se venía a denunciar con la exposición cordobesa.