domingo, 26 de enero de 2020

QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS POR EL GOBIERNO



La ministra de Trabajo Yolanda Díaz


Tenemos un gobierno que responde a la mayoría salida de las últimas elecciones. Es una mayoría escuálida, sin embargo; en el sentido de que no es ni absoluta ni decisoria por sí misma. Necesita apoyos externos, tanto en el parlamento, como fuera de él.

En estas circunstancias ─difíciles, evidentemente─, la pregunta principal no es qué puede hacer este gobierno por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por el gobierno. La consigna a difundir debería ser: “Ayuda al gobierno, y él te ayudará.”

No hace falta mucha matemática para entender que si la ciudadanía mantiene una posición de escepticismo, de desconfianza o de indiferencia, el gobierno tendrá que hacer jeribeques extraños o concesiones sustanciales respecto de los elementos que conforman el programa con el que se ha comprometido.

La ministra Yolanda Díaz lo ha explicado de forma pedagógica: técnicamente es una aberración derogar en todo y de un plumazo la suma de reformas laborales continuadas que nos han empujado al lugar precario y subordinado en el que estamos ahora mismo. Sería como dar un salto en el vacío. Primero es necesario legislar, remover obstáculos, abrir senderos, allanar dificultades. El sentido común indica que es necesario llenar de agua la piscina antes de lanzarse desde el trampolín.

Pero legislar tampoco es una cuestión meramente técnica. La legislación adecuada solo puede llegar a partir del diálogo social. Los sindicalistas tenemos experiencia sobrada de las dificultades que conlleva traducir la letra de la ley a la vida real. Legislar por decreto solo es posible cuando existe la fuerza suficiente para hacer cumplir lo legislado. Para la derecha, esa “fuerza” es la de una administración de justicia y unas fuerzas de orden público puestas al servicio de sus intereses.

La izquierda no debe hacerle ascos a los tribunales, porque la justicia tiene que ser para todos, y tampoco a la policía cuando cumple con su deber esencial en un estado de derecho, el de dar protección a los más débiles frente a los fuertes que pueden permitirse enrolar policías paralelas.

La izquierda es de este mundo, está radicada aquí abajo, y no en ningún futurible ni en ninguna esfera ideal.

La izquierda es plural, además. Implica puntos de vista distintos sobre problemas concretos.

En este momento, lo esencial es hacer funcionar las sinergias, y no dispersar las fuerzas; buscar objetivos comunes, y apartar lo que pueda enfrentarnos entre nosotros.

Lo esencial, es ayudar a este gobierno a cumplir el programa con el que está comprometido, de modo que este gobierno ─y no ningún otro que estaría más de acuerdo con nuestras preferencias particulares─ pueda ayudarnos a mejorar nuestra situación, a cambiar las cosas.