lunes, 3 de agosto de 2020

GANAS DE BRONCA


El carro delante de los bueyes (tomado de un tuit de @japtapias)


Hoy vengo al blog de mala hostia, aviso. Quien no esté dispuesto/a a aguantar mi bronca, mejor se busca otra página.

Tres son los motivos de mi mal café. De menor a mayor: a) un artículo elogioso de Ramón de España a Paco Frutos; b) la reclamación por parte de sectores de la izquierda de un referéndum ¡ahora!, sobre monarquía o república; y c), el peor, la propuesta de Carrizosa y Arrimadas de apoyar los presupuestos de Sánchez si este expulsa del gobierno a los ministros de UP.

Si se fijan bien, las tres noticias ominosas cojean del mismo pie, de una consideración de la izquierda como adorno estético, como elemento de contraste para que el fondo del cuadro político quede más mono, en un caso, o bien para eliminarlo porque “hace feo”, en el último y más grave de mis motivos de mal humor.

Empezando por España (don Ramón de): ¿quién es, para tener vela en el entierro de Paco Frutos? ¿Por qué no ha tenido la decencia de callarse? El elogio que ha perpetrado tiene más veneno para la izquierda real y actual, que mieles para aquel “hombre íntegro” tallado de una pieza que él colocaría encima del aparador de su salita, como un bibelot vintage. Él era, según dice España, lo puro, lo incontaminado, lo etéreo, lo prescindible pero que, visto en la debida perspectiva, “hace mono”.

Me cago en Ramón de España.

Me cago en quienes salen con prisas para abolir la monarquía justo ahora. La izquierda tiene en esta coyuntura una ventana de oportunidad para revertir un lastre pesadísimo de desigualdad creciente. La mínima prudencia exige no tocar las superestructuras cuando se está trabajando de firme en la reforma de las estructuras. A Felipe VI se le debe exigir neutralidad en la batalla principal. Pretender moverle el asiento en momentos en que tantas cosas están en juego para nuestra gente, para los trabajadores precarios y empobrecidos, es el peor síntoma de la enfermedad infantil que denunció Lenin en todos los tonos. Si se coloca a la Corona como primer objetivo de las reformas, la Corona nos caerá encima y nos aplastará.

Mera lógica, pero los “duros” se empeñan en poner el carro delante de los bueyes, incluso cuando no tenemos aún suficientes bueyes para empujar con comodidad el carro hacia donde deseamos llevarlo.

Y ahí aparecen Carrizosa y Arrimadas, con la intención de recortar las alas del gobierno a cambio de apoyar unos presupuestos generales del Estado “de consenso”. El “consenso” sería frenar, porque se ha ido ya demasiado lejos. Un consenso al que se han apuntado ya Pepe Bono y Felipe González, que cantinflean por el escenario, aupados por los medios y alabados por Vox.

El consenso que se propone incluiría a Vox, porque hay gente de peso que opina que algunas de las cosas que dice no van tan descaminadas, y excluiría en cambio a UP, que reúne todos esos males que Ramón de España atribuye a nuestra izquierda realmente existente, justo en el momento en que ha dejado de ser una izquierda inerte, cerrada y dogmática, y es ya una izquierda eficiente, plural, activa, empeñada en cambiar de raíz determinadas estructuras sociales, laborales y económicas.

Me cago en Arrimadas y en Carrizosa, me cago en Felipe González y en Pepe Bono, me cago en el rey actual y en el emérito, en la Judicatura y en el TS. Pero los quiero a todos ahí, en fila, donde pueda verlos.