lunes, 14 de septiembre de 2020

JUICIOS PARALELOS

 


Carmen en una playa salvaje de Salamina orientada al sudeste, ayer por la tarde. El baño a hora tardía concluyó con un tiberio en el chiringuito del puerto (abajo).

 

Pablo Casado, preguntado por la operación Kitchen, se ha mostrado dispuesto a dejar caer a quien sea para salvar al PP. Lo tiene difícil, porque “quien sea” son en este caso Jorge [Fernández Díaz], Mariano [Rajoy Brey] y Dolores [de Cospedal]. Casado sigue teniendo, sin embargo, a su favor el VAR de la Brigada Aranzadi, capaz de señalar fueras de juego microscópicos que invaliden toda la jugada. Quizá por esa razón, ha añadido a su particular “caiga quien caiga” una advertencia crítica “a los juicios paralelos que luego quedan en nada”.

Oigan, no se trata de juicios paralelos, se trata de la declaración formal del mindundi ex de Interior destinado a cargar con el mochuelo (si lo prefieren con un regusto a la antigüedad clásica, a “ejercer de chivo expiatorio”) en la planificación de la operación contra Bárcenas diseñada por el alto estado mayor del invento. Eso es lo que ha trascendido hasta ahora. Los juicios paralelos los estarán elaborando en todo caso las lenguas de doble filo por los callejones, como es de rigor en este país tan castizo que tanto y tanto le gusta a don Pablo. En los tendidos de sol abarrotados de público para disfrutar de la fiesta nacional, las susodichas lenguas (protegidas en algún caso por mascarillas) no van a parar de cruzarse dimes y diretes. Pero nosotros somos ajenos a esas movidas, don Pablo. No es nuestro estilo.

Nosotros nos atenemos a las declaraciones de Francisco Martínez Vázquez, ex diputado y ex secretario de Estado de Interior, a los medios de comunicación que tanto quieren a don Pablo y a los que don Pablo tanto debe.

No hay nada de paralelo en el juicio en el que está implicada la plana mayor del Partido Popular: se trata de la cosa misma, del núcleo de la cuestión visto desde dentro. La jugada irregular ha ocurrido dentro del área llamada de castigo. El VAR de la B. Aranzadi va a revisarla con instrumentos de precisión casi infinita para intentar apreciar lo inapreciable.

Muy bien, que lo haga. Alguna razón habrá para que Casado se haya negado repetidamente a renovar el equipo arbitral, ni en su momento constitucional ni pasado ya este de muy largo.

Todos contamos con la posibilidad de que lo que venga de los estrados sea una absolución por prescripción, por falta de pruebas o por recursos genéricos al maestro armero. Tal vez resultará que lo que se hizo no se hizo, o no hay pruebas de que se haya hecho debido a algún fatal accidente con un martillo que arruinó de forma irreversible los discos duros.

Pero estamos en una Europa y un mundo civilizados, que se encogerán de hombros casi con seguridad ante la sentencia absolutoria, pero tomarán nota para el caso de que Casado, “Mister Married”, llegue algún día al gobierno cargado con esos antecedentes.

Entonces sí habrá un juicio paralelo, y posiblemente llegue a alguna parte.

Medite a fondo sobre esta cuestión, señor Casado, porque el siguiente nominado al bonito juego del “caiga quien caiga” es usted. Y tiene todas las papeletas de la rifa. Si el PP sobrevive finalmente a esta tormenta perfecta, lo hará sobre sus espaldas.