domingo, 23 de mayo de 2021

COMO ANTES

 


La secuencia de renuncias Artadi – Canadell – Rius ha dejado bastante clara la estrategia del Zorro del Desierto Belga: dado que era imposible torpedear la investidura, el objetivo pasa a ser minimizar su importancia. El cargo de president, tenido hasta el presente como metro de platino iridiado de la legitimidad histórica, ha pasado “en horas veinticuatro” a ser devaluado y desvestido, por así decirlo, de la túnica sin costura cuyo resplandor sobrenatural lo cubría. Junts aportará al govern de Aragonés consellers de segunda fila, independientes reclutados vía contrato temporal posiblemente en una ETT. Mientras, por los callejones se murmura sobre Jordi Sánchez, vendido a Junqueras por treinta monedas, y en la CUP tuercen el gesto porque el conseller Jaume Girò les parece demasiado de derechas. ¿Se ha caído del guindo de pronto Pau Juvillà, secretario tercero de la Mesa del Parlament? No, no lo parece. Los chicos de la CUP siguen montados en el guindo y aferrados sólidamente a la rama que les sostiene en el aire. Su percepción respecto del hombre de la Caixa y Repsol les viene remitida directamente desde Waterloo, cuyo inquilino no es precisamente un ejemplar de la izquierda irredenta.

Estamos como antes. “Come prima”, cantaba Toni Dallara, un “urlatore”, y los adolescentes de la época, poco versados en latines, creíamos que estaba invitando a su prima a probar algún bocado delicioso.  

Junts se afana entonces en una labor de fontanería: desguace del governet de la Generalitat, antes tenido por el no va más, y sustitución en el sancta sanctórum del Templo por un Consell per la República neblinoso y sin encaje en ningún ámbito institucional conocido ni por conocer, pero con la ventaja insustituible de su fidelidad inquebrantable al maestro armero.

Hablemos un poco más de fidelidad. Elsa Artadi ha demostrado tener dicha virtud en un grado heroico y, como se dice en los repartos de medallas militares en las películas yanquis, «más allá del sentimiento del deber». Dirigir la economía y las finanzas de Cataluña era su sueño dorado desde que lo probó a las órdenes de Soraya Sáenz de Santamaría con gran satisfacción por ambas partes. Esta era su ocasión soñada de reivindicarse, su Gran Bola de Fuego como lo habría dicho Jerry Lee Lewis, otro rockero de la época de Dallara.

Cuentan las crónicas de la verdad oculta que su renuncia fue consecuencia de una larga conversación confidencial con Oncle Charles en Waterloo. Mucho debió de bregar el Gran Timonel para convencer a la neófita de que había de renunciar a su sueño, con sus galas, sus alfombras rojas, sus obras y sus pompas. Mucho tiene que haberle prometido y muy difícil va a ser que esté en condiciones de cumplirlo. Será en definitiva un impagado más en el largo rosario de deudas incobrables del Houdini de nuestro tiempo.