lunes, 10 de mayo de 2021

NOS VAMOS A LA PRÓRROGA

 


La situación política catalana tiene fuertes semejanzas con la Liga de fútbol.

(Oigan, sé que no es serio mezclar la política con el fútbol. Consideren esto un pecadillo esporádico, como el del que rompe la dieta un día de celebración para zamparse una tarta de chocolate y nata montada con guindas, y luego acude pesaroso al dietista, a confesarse y preguntar qué remedios farmacéuticos existen para fortalecer la voluntad y controlar mejor las pulsiones. Sigamos.)

La situación política catalana tiene fuertes semejanzas con la Liga de fútbol.

En la Liga, los cuatro aspirantes a la victoria final han empatado por parejas entre ellos, con lo que todo sigue sin decidir a falta de una jornada menos de calendario. Los cuatro equipos, Aleti, Madrí, Barça y Seviya, están razonablemente seguros de ganar la Liga próxima, que aún no ha empezado; pero en lo que se refiere a la presente (que aún no ha terminado), no saben/no contestan. En un estudio concienzudo y exhaustivo realizado por mí sobre la prensa deportiva en general y el diario Marca en particular, he llegado personalmente a la conclusión de que los cuatro equipos candidatos dependen únicamente de sí mismos para volver a cagarla. Es un dato sólido, fiable. Luego queda el tema arbitral. Quejarse de los árbitros dicen que es de perdedores; en ese ejercicio, sin embargo, también hay empate entre los aspirantes, de modo que el vencedor habrá que decidirlo a la pajita más larga, o bien, como en Pasapalabra, acumular el fondo y destinar el total a premiar al vencedor del próximo concurso, de modo que quien sea ganará dos Ligas por el precio de una.  

Eso en cuanto al fútbol. Mutatis mutandis, el caso del Govern catalán es el mismo; o sea, ERC no depende solo de sí misma para ganar el trofeo. Aragonés ha dado un ultimátum a Junts para que respalden un gobierno en solitario. Con intención malévola lo he llamado en otro lugar “paambtomátum”. Creo en cualquier caso que no es el primero; incluso podría ser el cuarto o el quinto.

Pero hay una contradicción en los términos, que Aragonés debería tener en cuenta. O sea, Junts no puede amparar un govern de Separats per Catalunya. La independencia exigiría correlaciones, sintonías y unanimidades que están muy lejos de existir.

Es muy justo, lo doy por descontado, que ERC amenace a Junts con una nueva convocatoria de elecciones. Sería un daltabaix terrible para la única persona que tiene asegurado hasta el momento un cargo institucional no caducado, a saber Laura Borràs. Toda la institucionalidad restante, con nombres y apellidos, está por definir, y los aspirantes a los distintos cargos forcejean aparatosamente  en un pantanal de arenas movedizas (el copyright de la metáfora del pantanal es de Joan Coscubiela), donde el tremendo esfuerzo por bracear y llamar la atención de las posibles patrullas de rescate no evita que los implicados se vayan hundiendo cada vez un poco más, centímetro a centímetro, en el arenal sin fondo.

La culpa de todo, muy cierto, la tiene España, o sea los árbitros. Es otra analogía con el fútbol. Quejarse de los árbitros será de perdedores, pero aquí siempre hemos sido perdedores históricos, es algo que va incluido en la factura.

Si los jueces opresores hubiesen hecho la vista gorda en lugar de pitar el penalti y sacar las tarjetas de todos los colores, ahora estaríamos todos instalados en una independencia confortable, mimados por Europa, referente para el mundo, financiados a un tiempo por Israel y por los emiratos árabes, exportando telares sin lanzadera y otros inventos de alta gama, solicitados por Silicon Valley y a resguardo de la funesta pandemia que los desvelos de nuestros/as gobernantes republicanos/as habrán sabido detener en los límites de nuestras fronteras, así en el Ebro como en los Pirineos.

Sí, bueno. Y si todo ello se retrasara hasta la próxima temporada o contienda electoral, porque no dependemos únicamente de nosotros, es de suponer que también se guardará el fondo acumulado en el concurso hasta que consigamos completar toda la rueda de preguntas del abecedario de Pasapalabra.