Vuelve Antonio Coño, perdón Caño, a
proponer, en una especie de editorial de amagatotis en El País, una gran
coalición entre el PSOE y el Partido Popular, o en su defecto la convocatoria
de elecciones anticipadas. El motivo, según Antonio Coño perdón Caño, sería el
tremendo deterioro del Gobierno actual. No le parece, en cambio, que haya
deterioro ni merma de enjundia en las recientes aventuras del PP por el
extrarradio no ya de la Constitución sino asimismo del Código Penal. Lo que
viene a demostrar que el señor Caño perdón Coño circula aceleradamente por
donde circula, y presta su poco autorizada voz a la difusión sin matices de los
intereses globales de quien le tiene en nómina. Nada nuevo: “donde tu
billetero, allí está tu corazón”.
El País incluye asimismo “otro” editorial, que
sí figura como tal ─es decir, sin firma─ en su sección de opinión, en el cual
reclama de un PP “desfasado” debido a su “inusual” (admiren lo alambicado de los
calificativos) política medioambiental y fiscal “en Madrid” (como si solo fuera
allí donde la proponen), una corrección en sus objetivos. La cariñosa
admonición obedece tal vez a una nota de la OCDE en la que se califica a Madrid
de “paraíso fiscal interior” y se reclama una armonización fiscal de las
autonomías. En cuanto a lo del medio ambiente, está en un horizonte mundial 2030, del que la derecha española negacionista ni siquiera ha tomado nota salvo en lo
que se refiere a proponer subvenciones para la caza y los toros.
El doble editorial de El País sería entonces un
ejemplo de libro de la táctica del palo y la zanahoria: tú corriges tus modales
tempestuosos y un tanto cerriles, y yo te llevo en cambio en palmitas hasta el
gobierno de la nación. Curioso cómo el señor Cebrián y el consejo de
administración de PRISA creen seguir teniendo aún las llaves de san pedro, con las que se hace y se deshace en la tierra según los designios del cielo. Las novedades
de una situación en la que el statu quo anterior
ya no es válido, ni aconsejable, ni siquiera sostenible, han dejado a los señores de
PRISA en paños menores, y dando el espectáculo público de una prisa (perdón
por el jueguecito barato de palabras) desmedida e indisimulada por recuperar las
posiciones perdidas.
La vicepresidenta tercera del gobierno de
coalición progresista, Yolanda Díaz, se ha lanzado a recuperar las bases de una
unidad de objetivos de las fuerzas que votaron contra el statu quo en la moción de censura. Dicho de otra manera, trata
de apuntalar una mayoría que apareció de forma un tanto coyuntural, para darle estabilidad y permanencia, y terminar así con desahogo la legislatura, en contra de las prisas de PRISA.
«Lo mejor está por venir», ha dicho Yolanda. Yo
la creo. Creo incluso que el destornillador para desbloquear el impase catalán puede estar en manos del gobierno español. La PRISA, sin embargo y sin en cambio, es
mala consejera, según dictamina la sabiduría popular. Conviene, en un momento
crítico como este, templar los nervios y no perder la paciencia, para seguir
enhebrando con acierto el hilo de las reformas.
Y si, mientras tanto, a doña Ana Botella le dan
la medalla de Madrid por sus méritos relevantes, con su pan se lo coma. No se
rasguen las vestiduras por tan poco, a menos que dispongan ustedes de un sastre
de confianza que les pueda hacer un buen zurcido.