Embarcadero en el Ebro, a la altura de
Miravet. La barcaza está vacía. Elsa Artadi no quiere cruzar el río ni
arremangándose, que viene “crecío”.
¿A quién o a qué ha dicho “No”
Elsa Artadi?
Si nos remitimos a los
antecedentes, resulta que la eficiente neoeconomista criada en Oxford ya se
había hecho cargo de las finanzas catalanas. Fue en una ocasión que los
catalanes com cal prefieren cubrir
con un espeso manto de olvido: durante la vigencia del 155. La chica mereció entonces
un elogio de la mismísima Soraya Sáenz de Santamaría: “Puede pensar lo que
quiera, pero su actuación ha sido impecable”, dijo más o menos. Curiosamente
aquello no acarreó a la prometedora Elsa acusaciones de traïdora ni de botiflera. Siguió luciendo en las primeras planas de
los medios su cándida sonrisa independentista. Hoy está al frente del grupo
municipal de JxC en Barcelona, y según declaración propia solo aspira a suceder
a Ada Colau en sus responsabilidades municipales. Cualquier adivino de feria le
diría que la conjunción astral necesaria para obtener ese resultado resulta
sumamente improbable, y mejor le iría si buscara otros horizontes. Eso Elsa,
que tiene estudios de verdad, no “másters” en Araharvard, lo sabe de sobra.
Pero ha dicho “No” a la vicepresidencia económica. ¿Por qué?
O volviendo al inicio de
esta perorata, ¿a qué o a quién ha dicho “No”?
Les insisto, queridas/os
lectoras/es, en la evidencia de que este sitio web ni se fundamenta en datos científicamente
probados ni se dedica a la profecía. Aquí la rutina diaria consiste en perder
el tiempo en el noble ejercicio de especular por especular, buscar un
contrapunto malicioso a las noticias servidas por fuentes generalmente bien
desinformadas, y dar volatines mortales sin red a sabiendas de que la voltereta
acabará probablemente en un batacazo, o un tozolón como prefieren decir en
Aragón.
La noticia de doble filo nos
llega bien filtrada y expurgada por los medios, y se limita a decir que Artadi
tomó su decisión después de una larga conversación con Puigdemont. Lo cual
puede significar, tanto que Puchi consiguió convencer a Elsa de que no aceptara
el encargo, como que no consiguió convencerla de que sí lo aceptara. En favor de
la segunda hipótesis está el hecho de que el nombre de Artadi era prácticamente
el único avanzado en las conversaciones Aragonès-Sánchez; era (en otras
palabras) una punta de lanza decisiva ─si lo prefieren, una cabeza de puente─
de la estrategia puigdemontana respecto del govern
de Esquerra. Hoy leo, en los titulares de “Ara”, que Junts se ve obligado a
recomponer sus perspectivas, y que se han disparado las corredisses entre candidatos que se consideran a sí mismos
cualificados para ocupar el cargo despreciado por Artadi.
Así están las cosas ahora
mismo. Entonces, repito por tercera vez mi pregunta: ¿a quién o a qué, a qué o
a quién, ha dicho “No” la caprichosa Elsa?
Para ser tan solo un
poquito más explícito: “qué” es lo que se niega a hacer la eficiente economista
neoliberal; “para quién” se niega a hacerlo.
La solución, más adelante.
Por nuestra parte, nosotros mañana hablaremos del gobierno.