martes, 11 de mayo de 2021

DOBLE LENGUAJE, DOBLE MORAL, DOBLE CONTABILIDAD

 


Botellón nocturno en mogollón. Elogiable por la valentía de quienes defienden su libertad siguiendo a Ayuso; criticable por la intolerable dejación irresponsable de Sánchez, que lo permite. Atiendan bien y no se líen pensando que hay dejación por parte de Ayuso y defensa de la libertad individual por parte de Sánchez. No me sean ustedes comunistas.

 

El pistoletazo de salida de la pandemia es bueno y malo a la vez, según los rábulas de la ortodoxia pepera. Es bueno porque es un zasca clamoroso frente a la intolerable pulsión dictatorial del sanchismo, que atenta contra el derecho innato de las personas a la libertad de hacer lo que les da la gana. Es malo porque supone una intolerable dejación de sus responsabilidades (ilegítimas) de gobierno por parte del sanchismo que nos abruma.

El razonamiento viene a ser un aggiornamiento de la vieja aporía de Zenón de Elea: el veloz Aquiles (Sánchez) nunca podrá rebasar en su carrera a la tortuga que le antecede, porque para eso la tortuga cuenta a su favor con una seudo lógica, aireada por los medios que le son afines (todos), que cubre en su argumentario todas las infinitas eventualidades posibles e imposibles debido a las cuales Sánchez es un canalla.

Se trata de un juego vistoso, pero de recorrido corto. Es cierto que a mucha gente no le gusta pensar por su cuenta, sino por procuración. En tiempos, esa procuración se efectuaba de forma enteramente satisfactoria desde el púlpito, los domingos y fiestas de guardar, y desde la Secretaría General del Movimiento en todo lo relativo a los eventos consuetudinarios que acontecían en la rúa.

La modernidad ha aportado novedades considerables, y ahora la gente que busca instrucciones sencillas para moverse por el mundo evitando la fatiga de pensar por su cuenta, puede elegir libremente entre diferentes órganos de prensa, cadenas de televisión y redes sociales, con la plácida seguridad de que en todas partes el sesgo de la información será el mismo, dirigido a una doble verdad y a una doble moral, en función de si se está hablando del vuelo libre y veloz de la sabia tortuga, o del torpe e inútil contoneo del miserable Aquiles, que solo simula correr para engañarnos mejor.

A todo lo cual, como nos lo explicó en su momento el llorado Manolo Vázquez Montalbán, se suma la doble contabilidad del gran partido de la derecha incorrupta (incorrupta, aclaro, únicamente en los tribunales, ese lugar remoto ubicado en las alturas del Castillo de Kafka, donde una caterva de togados se afana en castigar con severidad a los denunciantes de delitos económicos cuya comisión no es verificada jamás fehacientemente por los juzgadores, debido a la circulación generosa, con ese fin, de otro tipo de comisiones).

La pregunta del millón es si toda esa arquitectura basada en el doble lenguaje, la doble moral y la doble contabilidad, es sostenible en el tiempo. Se trataría de una enmienda a la totalidad de Montesquieu, una democracia basada no en el equilibrio, sino en el desequilibrio de los poderes. Toda esa construcción suntuosa está basada en la fluidez de la mensajería que envía sobres anónimos con dinero en moneda contante procedente de las distintas y numerosas cajas B, para alimentar de forma permanente una realidad bipolar. Tanto trajín, en último término, se dirige a beneficiar a los de siempre y a cargar, con una pesadez abrumadora, también sobre las espaldas de los mismos de siempre.

Se puede disimular el sofisma de fondo con la ayuda de estupefacientes y preparados alcohólicos de diversa graduación. De ahí la funcionalidad de los botellones y las manifestaciones caceroleras. Es posible disimular la debilidad de la aporía (se ha hecho) por una sola vez para todos, o bien para siempre con un grupito muy exclusivo de personas. El sentido común nos dice que no va a ser posible mantener esa doble realidad semántica, ética y contable, todas las veces y para todas/todos.