Tsunami Democràtic
colocó anoche en la gradería del Nou Camp una pancarta gigante con la leyenda «Spain sit and talk», España siéntate a
hablar.
Este es un juego de
despropósitos. El gobierno está sentado y hablando con Esquerra Republicana. La
negociación avanza, si bien parece que a juicio de ERC lo está haciendo
demasiado deprisa; en ERC critican las urgencias del gobierno en funciones del
PSOE. No hay tanta urgencia, caramba, por más que llevemos años sin presupuestos y con gobiernos en
funciones. Y no solo en España, por cierto; el empantanamiento afecta muy en
particular también a Cataluña y al Ayuntamiento de Barcelona. ¿No aprecian, entonces, ninguna urgencia en ERC? Quizás opinan que las pelotas del electorado todavía
no están suficientemente hinchadas.
Esquerra se
encuentra actualmente de Congreso, con una fuerte división interna por el tema
de la unilateralidad. ¡De la unilateralidad, Ángela María! Hay sectores que no desean
renunciar a la unilateralidad así como así. ¿Qué es exactamente la
unilateralidad y para qué sirve?, podríamos preguntar al unísono don Immanuel
Kant y yo. A don Immanuel y a mí nos parece que la consigna «Spain sit and talk» y la unilateralidad
son contradictorias en sus términos, no caben sencillamente en el mismo sistema lógico,
es necesariamente o lo uno o lo otro.
Pero es
característico de los diversos frentes secesionistas el tocar al mismo tiempo
todas las teclas posibles, por si suena la flauta inesperadamente en alguno de
esos toqueteos compulsivos.
De suceder así ─en
contra de todas las leyes de probabilidades establecidas─, la flamante República
Catalana independiente nacería bajo el signo de la incoherencia. No se sabría
exactamente para qué habría venido a este mundo, tan concreto y por así decirlo
terrenal; ni qué lugar ocuparía en él. Quim Torra, en un éxtasis de felicidad, dimitiría
para dar paso… para dar paso ¿a qué exactamente? Me temo que las ideas que tienen
al respecto Junts per Cat, Esquerra y la CUP, no son idénticas, ni asimilables,
ni compatibles entre ellas. Es dudoso incluso que las tres plataformas políticas
oficiales, más las oficiosas añadidas de la ANC, los CDR y el Tsunami,
estuvieran dispuestas a sentarse juntas a discutir con calma los entresijos de
la cosa.
La ciudadanía nos
reuniríamos entonces en el Nou Camp bajo una pancarta gigante con el lema
«Catalonia Sit and Talk», y lanzaríamos al césped pelotas hinchables de color
amarillo, u otro cualquiera.