Dos significados
ideólogos del procesismo, Pilar Rahola y Toni Comín, han coincidido en el
tiempo en aclarar lo que entiende el movimiento liderado por ellos que deberían
ser las bases de un programa fiscal y económico adecuado a los nuevos tiempos.
Pilar Rahola se
desmelenó contra el acuerdo pactado entre los Comuns y Esquerra, por el que la tasa
fiscal para las rentas superiores a los 90.000 euros anuales se subirá dos
puntos porcentuales. Eso es ahogar a las clases medias, dijo Rahola. Dado que la
renta media familiar en Cataluña se sitúa en torno a los 30.000 euros, o sea
una tercera parte de las rentas afectadas por la subida, es obvio que Rahola se
refería a la media “indepe”, la que importa de verdad, libre de la ganga
miserable del pobreterío y el pobretariado.
Toni Comín, por su
parte, reflexiona en una entrevista en “Ara” sobre la situación, y su
diagnóstico es que no basta con buscar el desgaste institucional del Estado,
sino que es preciso además generar desgaste económico. Solo se podrá acceder a
la independencia, afirma, cuando Cataluña se haya convertido en un problema
económico para la UE. De modo que pide más sacrificios a la población. Sacrificios que no consisten, como podría suponer algún ingenuo, en que las rentas altas paguen
dos puntos porcentuales más de impuestos, sino en algo muy distinto: «Si un
millón de personas se levantan un día y no quieren ir a trabajar, el Estado no
puede obligarlos», ha dicho literalmente.
Los dos están predicando
con el ejemplo: Rahola se siente financieramente ahogada, a pesar de estar situada
en el escalón medio-alto de la renta según su peculiar visión de las cosas, al
tener que pagar los actuales impuestos por las retribuciones debidas a su infaltable
presencia en todos los programas de tertulia de TV3, dando el callo; y Comín se
levanta cada mañana con la misma decisión firme de no trabajar tampoco hoy, y
que se fastidien el Estado y la Unión Europea.
A las dos vidas
ejemplares se une en las noticias de estos días la de Jordi Pujol, que según
cálculos de Hacienda ha defraudado al fisco 885.000 euros pero no va a tener
que devolverlos porque el delito ya ha prescrito.
Con estos programas
fiscal y económico, ejemplarmente explicados al vulgo e ilustrados con su
propia praxis por nuestras elites, en la venidera República Catalana ataremos los
perros con longanizas. Arriba tienen la imagen del resultado final de la
maniobra, y en breve les será facilitado el folleto de instrucciones para
conseguir un buen atado de gos d’atura
con llonganissa del país, según las
reglas vigentes en las actuales clases medias independentistas.
Feliz nochebuena a
todas/os.