martes, 3 de diciembre de 2019

VUELVE EL SEÑORITISMO



El señorito Iván de cacería, acompañado por Paco el Bajo (fotograma de la película “Los santos inocentes” de Mario Camus, sobre la novela de Miguel Delibes).


Vuelve el señoritismo. Ah, ¿pero se había ido alguna vez? La imagen definitiva de esta lacra de la España profunda es la del señorito Iván disparándole a la milana de Azarías porque sí, porque está cabreado, porque se aburre. Sucede en Los santos inocentes, de Miguel Delibes.

Javier Ortega Smith-Molina, hispanoargentino, secretario de Vox, ha reeditado la imagen displicente del señorito Iván al mirar a otra parte en el pleno del Ayuntamiento de Madrid cuando una víctima de la violencia de género, Nadia Otmani, le recriminaba una intervención en el pleno en la que había negado la existencia de la violencia de género. Ortega Smith no quiere enterarse de las realidades que le desagradan, que ponen en cuestión su concepción de un mundo bien dispuesto y arreglado para su medro particular. Ortega Smith es la quintaesencia del señorito.

Tiene defensores, además. El alcalde Almeida lo defendió y quiso evitar su reprobación por parte del pleno. No lo consiguió, y la reacción del reprobado fue también paradigmática: «Me importa un bledo.»

Los señoritos tienen multitud de amigos en las altas esferas. De otro modo no se explicaría lo suyo. Ortega Smith cuenta con la adhesión incondicional del alcalde del PP. El líder del PP Pablo Casado va a posibilitar una vicepresidencia del Congreso para los señoritos de Vox. Rocío Monasterio ha encontrado en el Colegio de Arquitectos ambiente propicio para armar una coartada contra la acusación de intrusismo que le hacían algunos por haber firmado obras sin tener el título. El Colegio ha dictado una resolución que quedará en los anales del surrealismo: no puede entrar en la acusación de intrusismo porque la señora Monasterio no estaba colegiada en el momento de los hechos. ¡Angelitos del cielo! ¿De qué trata entonces la acusación de intrusismo, si no es precisamente de que la señora no estaba colegiada cuando firmó como si lo estuviera?

La figura del señorito ha estado desde siempre ligada a la del cacique. Se trata de dos pilares fundamentales de una estructura política y social determinada. Los herederos de Franco han ejercido a lo largo de años la doble función de señoritos y de caciques. Ahora han subastado las joyas de la familia, al parecer con un resultado económico muy inferior al que esperaban.

El caciquismo y el señoritismo cotizan a la baja en el mercado de valores, pero no todo está perdido: existe todo un movimiento sociopolítico de la gente fina, de la casta de toda la vida, para traerlos de vuelta. Vox tendrá una vicepresidencia en el Congreso: Casado y Arrimadas avalan la extravagante maniobra.