Vista general del pesebre
institucional de la plaza de Sant Jaume de Barcelona. Paz a todos los hombres y
todas las mujeres de buena voluntad.
─ Juani, escúchame.
Juani apaga el
aspirador para oír mejor. Tuvo un contraste de pareceres en casa con Serapio
hará dos noches, él le arreó una bofetada en el oído derecho y desde entonces
tiene zumbidos continuos y no oye bien. Tendría que pasar por el CAP a que la reconozcan,
pero quién tiene tiempo para eso.
─ Juani, que si puedes
hacernos un favor.
─ Para favores
estoy yo.
─ Es por la Mari.
─ Qué le pasa a la
Mari.
─ Se ha puesto de
parto. Pero por eso no te preocupes, la hemos instalado en el baño de los
directivos, tiene agua caliente y todo. La Melchora, que tiene el título de
comadrona, la está atendiendo. Ya ha dado a luz, ha sido muy rápido y va todo a
pedir de boca.
─ Cómo se viene la
Mari a trabajar en ese estado.
─ Por la hipoteca.
Están amenazados de desahucio. Pepe está haciendo una sustitución de
repartidor, con la bici de un colega que hoy se queda en casa. Necesitan la
pasta con urgencia.
─ Es su problema.
─ No, Juani, es el
problema de todas, ¿no lo ves? Hoy por ti, mañana por mí.
─ Vale, no me hagas
el mitin. Y cómo la ha dejado trabajar esta noche el encargado, con la
tripa a punto de caramelo, si es que no se puede hacer bien la faena así.
─ Herodes se hizo rogar
mucho, ella insistiendo que solo eran un par de horas y luego se iba pitando a
las urgencias de Bellvitge. Al final él va y le dice: «Entra, pero como te
pongas de parto en mitad de la faena, os degüello a la criatura y a ti.»
─ Vaya plan. Y qué
quieres que haga yo.
─ Ayudar con los
despachos de la parte de delante, los que le tocaban a Mari, cuando acabes este,
también irán Luisa y Yoli. Si lo hacemos bien, Hero no se enterará de nada.
─ ¿Ah, no? Tiene
cuatro ojos y más mala leche que mi Serapio con dos copas de sobra.
─ Todo controlado.
La Ángela se ha encerrado con él en el ofis y le está haciendo una mamada.
Cuando acaben la faena, todo estará como los chorros del oro. Y Baltasar, el
morenito de la Paqui, ha prometido estar aquí con el taxi en diez minutos, para
llevarse a la Mari y al bebé a su casa, en la Trinidad.
─ No saldrá bien,
Hero es de los de eyaculación "procaz".
─ Y Ángela es una
artista. Hace la calle los fines de semana, tiene hasta clientela fija. Si te
cuento lo que se lleva a casa a fin de mes, no te lo crees.
─ Vale, veremos. Cuenta
conmigo para los despachos. Oye, tengo un termo con café con leche caliente,
¿crees que le apetecerá un vasito a la Mari?
─ Pasa a verla un
momento en los aseos, y le ofreces. Y así de paso ves a la niña, un amor, todo
sonrisas y con unos ojazos.
─ ¿Y qué nombre le
van a poner a la bebita?
─ Jesusa, como la
abuela.