sábado, 14 de diciembre de 2019

¿DERECHO A SER MEDIOCRES?



Algunas mujeres nada mediocres en un acto de la Fundación Cipriano García de CCOO, en Barcelona.

La escritora Espido Freire, entrevistada en lavanguardia, afirma que toda mujer tiene el mismo derecho que el hombre a ser mediocre. No he podido bucear más en el contexto de esta frase sorprendente, porque lavanguardia me exige inscribirme como lector acreditado, y yo no quiero inscribirme, a la vista de lo que eso viene a implicar de colonización de mi fuero íntimo por algoritmos que determinan con precisión mis gustos y mis necesidades de consumo, al margen absolutamente de mi voluntad y participación.

Ahora bien, tomada la afirmación de la escritora tal cual, es decir desgajada del contexto que seguramente le dará algún sentido, resulta incoherente. Es oportuno que las mujeres reivindiquen igualdad con los varones sobre la base de unas capacidades equivalentes que en general son poco, o nada, reconocidas. Lo que resulta paradójico en exceso es la reivindicación de un derecho cualquiera a la sinsustancia. 

No existe como tal, ni es concebible desde cualquier parámetro, un derecho a la mediocridad. Todo lo más, cabe admitir la existencia, criticable, de una tolerancia social desigual hacia la mediocridad del varón y de la mujer. Pero el mundo de los derechos es uno, y muy otro el del laissez faire, laisser passer en la vida social de las personas.

Reivindicar un “derecho” a la mediocridad de género sería, además, contraproducente. Las mujeres pueden quejarse con razón ─imagino que por ahí van en realidad los tiros de Espido Freire─ de que la excelencia y el prestigio resultan más fáciles y más “baratos” en muchas facetas de la vida para los varones. Pero todos/as saldríamos perdiendo si existiera un derecho, adquirido o reivindicable, a la facilidad y a la baratura en la conquista de un estatus social reconocido. Es decir, si bajáramos el listón de la autoexigencia.

Demasiados/as mediocres tenemos ya en tantos campos del saber y de la actividad, para que reivindiquemos ahora derechos de cualquier tipo para la situación de quienes ya vienen ejerciendo a tiempo completo y remunerado de sansirolés.