viernes, 12 de abril de 2019

LA CULPA SIEMPRE ES DE LA VÍCTIMA


La eutanasia es delito en nuestro país, de modo que en el caso de Ángel, que ayudó a su esposa enferma a morir cuando ella ya no podía soportar la existencia después de veintiún meses de espera en los que le fue denegado reiteradamente el ingreso en una residencia especializada, la jueza ha derivado el expediente a un tribunal que examina casos de violencia de género.

Del escolar del barrio de Usera que se suicidó, todo el mundo sabía que un compañero de clase le hacía la vida imposible, le quitaba cosas, le amenazaba y le maltrataba de distintas maneras. Las autoridades escolares examinaron el caso y llegaron a la conclusión de que todo ello era cierto, sí, pero sin importancia, cosas de chiquillos, por lo cual debía concluirse que el suicidio del muchacho tuvo que estar motivado por alguna otra cuestión, a saber cuál, cosas suyas y de su exclusiva responsabilidad. Ahora el descubrimiento de unas anotaciones en el diario del chico muerto indica que, a pesar de todo, fueron aquellas naderías sin importancia las que le impulsaron a quitarse la vida.

Luego está el caso del trabajador de Chiclana, contratado por una empresa de la construcción para manejar una fenwick sin ningún tipo de aprendizaje, sin ropa adecuada, sin medidas de seguridad mínimas y sin darlo de alta a la seguridad social. Sufrió un accidente mortal, y en la ambulancia que lo trasladaba al hospital los empresarios le despojaron del uniforme que les habría delatado, y presentaron el caso como una muerte accidental por una caída fortuita fuera del horario de trabajo. Las pensiones concedidas a la viuda y los hijos del obrero fueron acordes con esta última hipótesis; es decir, mínimas. A la guardia civil y a la inspección de Trabajo les ha costado meses averiguar las verdaderas circunstancias del accidente: el hombre, por impericia en el manejo de la máquina, había quedado atrapado en el mecanismo elevador.

Son tres casos escandalosos de dejación de responsabilidades por parte de quienes por ley están obligados a asumirlas, y que dejaron a las víctimas en un desamparo literalmente mortal. Por fortuna, nuestras derechas galopantes han salido con brío al rescate de las víctimas, en la campaña electoral: Suárez Yllana ha fustigado el aborto, en particular el cometido después del nacimiento; Casado ha propuesto la rebaja del salario mínimo, y ayer mismo Abascal lanzó la idea de desmantelar el actual sistema de pensiones. Conforta pensar en la cantidad de papeletas de voto que van a coleccionar gracias a su valentía al apostar por semejantes medidas.