viernes, 31 de mayo de 2019

TOMAR EL TÉ CON EL SOMBRERERO LOCO



El Sombrerero Loco, ilustración de John Tenniel.

En el País de las Maravillas al que ha llegado debido a una caída interminable por el hueco del tronco de un árbol, la niña Alicia cierra uno de los capítulos de su aventura despidiéndose del Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo con la conclusión de que el té que ha compartido con ellos ha sido “el más insufrible de su vida”.

El País de las Maravillas existe en la realidad, aunque está generando ficción sin parar. Meritxell Budó ha ejercido con aplomo de Reina de Corazones al declarar (más o menos) que la matemática electoral no es una ciencia exacta sino que está en función de quién manda aquí. Su designio respecto de Alicia Colau es claro: “Off with her head”, que le corten la cabeza. Torra, el Conejo Blanco, sigue corriendo ajetreado de un lado a otro con la certidumbre de estar llegando tarde a todas partes, y el Gato de Cheshire aparece y desaparece alternativamente en Waterloo o en Estrasburgo, dejándonos solo su sonrisa en el aire.

No quiero apurar las correspondencias entre el libro profético de Lewis Carroll y el nonsense en el que se han convertido Cataluña en general y en particular la batalla por la alcaldía de Barcelona, que la Reina de Corazones pretende tomar por asalto de la misma forma que lo hizo con la Cambra de Comerç armada con el 4% de los votos.

Digo solo que si Alicia Colau se sienta a tomar el té con el Sombrerero Maragall y la Liebre Artadi, llegará rápidamente a la conclusión de que ese ha sido de lejos el té más insufrible de su vida.

Por su bien, y desde luego también por el nuestro, sería preferible que fuera a merendar a otra parte, y en muy distinta compañía.

Y que empezáramos todos a despertar de esta pesadilla.