viernes, 11 de diciembre de 2020

EL ESLABÓN DÉBIL DEL PP

 


Día, 10 de diciembre de 2020. Hora, 17.05. Lugar, parque municipal de Egáleo. No nos disponíamos a atracar un banco, es que ha llegado el frío.

 

El problema para el Partido Popular no es el liderazgo errático de Pablo Casado, sino el eslabón ausente en la cadena de conseguimientos.

O sea, Casado serviría para el cargo si formase parte del gobierno. Aunque no fuera el presidente. Sí, el chico se inventó algunos títulos académicos, pero eso no es obstáculo, otros lo han hecho y no ha pasado nada. Peor currículo tiene Ayuso y miren lo bien que lo está haciendo. El rojerío inventa tropecientos memes al día con IDA de protagonista, ¿y qué? También lo hacía con Mariano y Cospedal, los memes dan popularidad a las personas, a todo el mundo le gusta reírse de un presidente del gobierno o de una ministra, y pensar que él/ella sin ir más lejos lo haría mejor.

El meme da vidilla al negocio de la política, y el negocio incrementa el PIB y permite a las grandes corporaciones repartir dividendos.

¿Quién era la persona importante del partido en la época dorada de Mariano? Luis Bárcenas, sin la menor duda. (“Luis, sé fuerte”. Ahí se veía la fuerza del PP).

Luego estaban todos los conseguidores adjuntos a líderes y lideresas, los Francisco Granados, Ignacio González, David Marjaliza. Muchos de ellos están ahora en la trena o pendientes de juicios que tal vez no puedan retrasarse tanto como para que los delitos prescriban. El sistema de inmunidades aún no está suficientemente perfeccionado y no puede abarcarlo todo. Da igual, los buenos conseguidores son asimismo excelentes chivos expiatorios. De alguna forma, son como los obreros bien avenidos: por uno que despides, se te ofrecen diez. Con ellos no hay problema de reposición.

Bárcenas en la clave de bóveda, los conseguidores expiatorios a su alrededor, los barones de los territorios autonómicos promoviendo sin parar gasto público-privado, Génova como gran oficina de transacciones negociales con comisiones jugosas para sostener el cotarro. Ese ha sido el esquema. Y funcionaba, ya lo creo. Las comisiones bajo mano, escúchenme bien que hablo en serio, también contribuyen al crecimiento del PIB. Y mucho. En el tema de la extracción de rentas, todo se aprovecha.

Las dos guindas del pavo así horneado eran el Jefe del Gobierno y el Demérito. Ambos tenían una función mayormente decorativa, pero también actuaban en otro plano como Conseguidores con mayúscula, inmunes, a escala internacional. Con ambas figuras tiene en la actualidad problemas el Partido Popular. No con Ayuso, que acaba de inaugurar un hospital enorme y costosísimo con nombre de enfermera que sin embargo tiene tan escasa utilidad práctica como algunos aeropuertos y tramos ferroviarios de Ave también promovidos por el PP y financiados por el erario. Ayuso podría dar un rendimiento bastante mayor incluso, y si no lo hace la culpa no es suya sino del covid, porque el palco del estadio Bernabeu está cerrado a cal y canto y la comunicación con Florentino Pérez y demás élite ha perdido fluidez (las comunicaciones electrónicas no son suficientemente seguras, hay pruebas a diario de sus peligros).

El Demérito anda lejos, y la Casa Real estima imprudente su regreso por navidad. Otro contratiempo. Pero lo peor con mucho es lo de la jefatura del gobierno. Casado lo haría bien, es un chico listo, con pedigrí de las Nuevas Generaciones, y dócil a las indicaciones del mando. Pero ha pinchado en hueso, en la Misión Rescate que se le había encomendado. La jefatura del gobierno se mantendrá durante cierto tiempo, salvo implosión o intervención milagrosa de la divina providencia, en manos bolivaristas.

Y Casado no tiene un sustituto fácil en esta tesitura. Feijoo no está por la labor, Ayuso es insustituible en el lugar donde está, y operaciones de alto riesgo como colocar a Felipe González o Rodrigo Rato al frente de una propuesta de Gran Coalición tropezarían con la imagen que uno y otro tienen acreditada después de sendas trayectorias demasiado prolongadas y demasiado visibles.

Casado seguirá siendo durante algún tiempo el eslabón más débil de la fuerza del PP.

 

Advertencia final.- Oigan, la fotografía de arriba no tiene nada que ver con el texto de este post. No vayamos ahora a joder la marrana.